Algunas veces me da por entrar en el terreno de anime, esta vez decidí buscar algo diferente dentro del género fantástico y descubrí esta película que fue una verdadera sorpresa. He dejado por un momento las historias de acción o de ciencia ficción para adentrarme en una especie de triangulo extraño entre tres personas mezclado con saltos en el tiempo.
La chica que saltaba a través del tiempo (Toki wo kakeru shōjo) del director Mamoru Hosoda es una pequeña joya de la animación japonesa. Mejor película de animación en el Festival de Sitges 2006 y basada en el libro de Yasutaka Tsutsui. Esta producción del estudio Madhouse, que tiene cosas en su cartera como Ninja Scroll, es una gozada a nivel artístico. Algunas secuencias están tratadas con un gusto excelente y la película te lleva de la mano durante 98 minutos haciéndose muy llevadera.
La historia nos cuenta como Makoto Konno, la protagonista femenina, se ve involucrada en un extraño fenómeno y sus dos mejores amigos, Kousuke y Chiaki, acabarán siendo salpicados por esos saltos temporales.
El film tiene un punto de partida en la frase que aparece en varias ocasiones pintada en una pizarra “Time Waits for no one” (El tiempo no espera a nadie). El argumento que acabará complicándose por momentos nos conducirá como espectadores a pensar sobre el árbol de posibilidades que se abre frente a Makoto.
La evolución de Makoto se deja ver poco a poco, aquella chica que no piensa en sus actos o su futuro se transformará en alguien que es consciente que todo lo que hace tiene una repercusión. Incluso descubre qué camino debe tomar en un futuro que poco le importaba en un principio.
Para finalizar una conclusión con mini spoiler. La película es un cuadro para ser admirado desde el principio haste el final. La acción transcurre de forma impecable pero el final me dejó con ganas de más. Necesitaba como mínimo 15 minutos y no dejar cabos sueltos. Si bien la película queda cerrada, la relación con uno de los amigos queda coja y eso te deja a medias.