Por mis venas aparte de horchata de chufa corre el frikismo puro y duro, el cual me aboca a jugármela con películas de este jaez. Sé que con este tipo de cine me expongo a un colapso neuronal y a quitarme años de vida a sangre fría, pero he de reconocer que el título al cual dedico la reseña me atrajo por mi confesa devoción por el cine bélico. Así que en cuanto me enteré de que este film era una especie de mezcla entre cine de la 2ª guerra mundial y de ciencia ficción no pude menos que abordarlo cual 20 añero en celo que asalta a una jovenzuela descarriada movido por la emoción del saturday night fever.
Y es que ciertamente hay que reconocer que esta película es una especie de mezcolanza entre Doce del patíbulo y el videojuego de Retorno al castillo Wolfenstein. Además está protagonizado por el bueno de Corin Nemec, y como yo en mis tiempos mozos era gran fan de la serie Parker Lewis me llamó la atención. Por cierto, el film cuenta con un guiño a esa mencionada serie ya que hay un soldado que se llama así: Parker Lewis.
Comentando un poco el meollo del largometraje hay que decir que recurre al típico cliché de nazis experimentando con alguna movida rara con el fin de dar con algo que les haga ganar la guerra. Para ello, Hitler cuenta con un programa armamentístico de alto secreto en un laboratorio oculto en el que usa radiación atómica para tales experimentos. Los científicos nazis han estado trabajando con esa radiación, dando lugar a una especie de soldado muy chungo (en un experimento a lo supersoldado muy a lo Capi), pero que en este caso da lugar a una monstruosidad en plan Némesis de Resident Evil ávida de reventar a todo lo que se ponga por delante.
Como es de suponer, los aliados se verán en la tesitura de mandar allí un equipo de operaciones especiales (comandados por el Capitán Malloy) con la intención de cruzar las líneas enemigas, infiltrarse en esa fortaleza y destruir el laboratorio de los nazis. El grupete elegido para ello son un puñado de soldados revoleras e inadaptados en plan 12 del patibulo, pero que cuentan con habilidades muy útiles para llevar a buen puerto la misión. De esta forma, tendremos al experto tirador, al conductor capaz de pilotar cualquier aparato, el tipo duro que reparte hostias como panes y el especialista en hablar alemán y que cuenta con la habilidad de infiltrarse en bases enemigas gracias a sus cualidades interpretativas (vamos que estos tíos parecen sacados del mítico juego de Eidos titulado Commandos).
El caso es que con todo lo comentado hasta ahora parece una premisa interesante, ¿verdad?. Ciertamente yo en toda esta parte del film me frotaba las manos y me regodeaba en mi crapulencia esperando ver a todos estos inadaptados actuando como grupo y por saber cómo se las desenvolverían cuando se encontraran con esa aberración creada por los nazis. Y justamente con lo que parece que va a ser el plato fuerte del film es con lo que se queda uno impactado y en estado pseudo-catatónico cuando el bicharraco ese por fin aparece y observas que está mal hecho de cojones y que eso parece un muñecajo incrustado ahí en el film con gráficos ratoneros de la Playstation 1 (vamos que sólo hubiera faltado que lo hubieran hecho de plastilina a lo Wallace & Gromit).
Por tanto…, ¿qué conclusión os puedo dar yo sobre SS Doomtrooper?. Pues personalmente diré que como film bélico no está mal, tanto por la ambientación, como por los personajes y los parajes de ciudades derruidas por los bombardeos, aderezado todo ello con esos tonos grises tan típicos del cine bélico actual. Pero como film de ciencia-ficción esto hace aguas por todas partes cuando aparece el bicharraco ese tan sumamente mal hecho y que causa más descojone que miedo. Y es que para hacer un film con esos efectos especiales en plan «pichiglass» más les valdría haberse circunscrito al género bélico puro y duro y dejarse de inventos raros (y si lo haces al menos gástate los cuartos y haz algo mínimamente decente).
Supongo que si se hubieran dejado más pasta y se hubieran tirado el pingüi con los FX podría haber salido un film interesante, pero es que insisto en que el toque de ciencia-ficción del film es para patirse el ojete. Así que si no eres muy selecto, ignoras lo mal hecho que está el bicho y te quedas sólo con la parte de un grupo de comandos con una misión de infiltración tras las líneas enemigas, quizás algo productivo puedas sacar el film. Pero como peli de ciencia-ficción esto es peor que mi careto recién «levantao». La recomiendo sólo para gente que de pequeña se haya caído dentro de un caldero de frikismo o para apasionados del cine bélico dispuestos a ver cualquier cosa rara y chunga.