Creo recordar que ya hemos comentado en anteriores ocasiones que a la muchachada de este blog todo lo que suponga dar más de doce pasos seguidos nos supone un puto cansancio del copón. Pero no siempre hemos sido unos pachorras, pues de jovenzuelos corríamos detrás de las mozas para tirarles de las coletitas, pero con los años, todo lo que suponga un esfuerzo se lo va pasando uno por el forro de los huevos. Pero si tú, queridísimo lector, eres una personita sanota de esas a las que les gusta salir a correr por amor al arte o sin que te persiga la poli, quizás te pueda molar esta novedad comiquera…
Y nos estamos refiriendo a cierto tomo que nos trae la muchachada de Astiberri ediciones y que lleva por título Las horribles y maravillosas razones de por qué corro largas distancias. Se trata de una obra que habla de correr, pero también del sufrimiento, la glotonería, la vanidad e incluso la felicidad. Su autor, The Oatmeal, alias detrás del cual está Matthew Inman, describe de la siguiente manera las razones de su afición: “Hace casi una década, empecé a correr. Comenzó con paseítos cortos y luego pasé a los cinco kilómetros, diez kilómetros, medio maratón, maratones completos, triatlones y al final ultramaratones. En 2011 corrí mi primer ultra y fue una carrera de montaña de 80 kilómetros con un cambio de desnivel de 5,3 kilómetros. Se me cayeron las uñas de los pies, perdí tres kilos y medio en un día, y tardé once horas”. El autor estadounidense reconoce que para él “correr siempre ha sido un acto de meditación: cuando corro, pienso. La mayoría de mis historietas las voy escribiendo en la cabeza mientras corro, así que basta decir que participar en una carrera de once horas (además de los días, meses y años de entrenamiento que la precedieron) me dio mucho tiempo para considerar seriamente por qué corro. Esos pensamientos han acabado en este libro”.
Así que si te sientes identificado con esas palabras del autor no deberías dejar pasar esta curiosa novedad, pues por 15€ de mierda puedes hacerte con este bonito tomo de 148 paginazas, el cual seguramente aumentará tus ganas de salir por ahí a corretear como un jamelgo «desbocao». La muchachada de este blog, sin embargo, seguiremos con nuestros sempiternos deportes de tumbing, zapping, barra libre y levantamiento de bollos, pues con los años hemos descubierto que si alguno de ellos fuera olímpico seríamos medalla de oro (y con diferencia). Pues ale, avisado quedas, jodío…