François no tiene la vida que sueña. Vive solo, en una ciudad donde llueve constantemente, y lleva años trabajando en una lavandería sin recibir el más mínimo aumento. Sus pasatiempos se resumen en jugar los mismos números de lotería todas las semanas durante cinco años, sin resultado, y tomar una pinta de cerveza fría en el Monico donde se encuentra con frecuencia con Maryvonne, con quien le gustaría establecer una relación más íntima. Una entrega cotidiana le lleva un día a llamar a la puerta de una mansión…
Con esta sinopsis estamos ante un personaje que rápidamente imaginamos que va a tener un punto de inflexión fatal en su vida. Porque Joris Mertens no oculta su juego, al contrario, deja sus cartas enseguida, anunciando el color: todo acabará mal y el héroe perdedor tiene pocas posibilidades de redimirse.
Entre los puntos positivos de la obra está, por un lado, el implacable escenario; Sentimos toda la influencia del cine a base de notables encuadres sin olvidarse de las características intrínsecas del lenguaje del cómic. Dibujos a doble página, dibujos a página entera a derecha o izquierda, o incluso medias páginas verticales alternadas con viñetas más comedidas…todo ello realza la impresión de seguir cada segundo de la acción o cada modificación de la expresión de un rostro; en definitiva: una auténtica maravilla.
Si esto no fuera poco, Mertens tiene un talento increíble para iluminar sus dibujos. Tenemos la impresión de que sus faros rojos sobre los adoquines mojados son más grandes que la vida, en otras ocasiones el autor se deleita en situar a sus personajes bajo una lluvia torrencial…Se trata de un álbum bellamente elaborado y un verdadero placer para la vista.
Hay que tener en cuenta que el título de este cómic no se refiere únicamente a la actividad de la empresa para la que trabaja François; Hay que tener en cuenta el propio ambiente de la historia, el cual es muy húmedo ya que llueve constantemente, pero la ironía va un paso más allá, porque la expresión puede entenderse según un doble sentido que el final resalta de manera cruel (y hasta aquí puedo contar…).
Os animo a que le deis una oportunidad a este Limpieza en seco: Primero nos detenemos un buen rato ante estas magníficas páginas, que contemplamos con placer y cuya atmósfera vamos absorbiendo poco a poco. Y entonces, nos damos cuenta de que la narración a través de la imagen que nos ofrece Mertens demuestra una maestría perfecta. De repente, nos dejamos llevar por un hilo de emoción que poco a poco se convierte en torrente, al igual que la eterna lluvia que no deja de caer durante todo el periplo de nuestro personaje, hasta llegar a el predecible pero terrible final de esta historia.
Este es el primer cómic editado en nuestro país de Joris Mertens y es más que una grata sorpresa; para mí ha sido todo un descubrimiento. Un cómic que mezcla la intriga propia de la serie negra con ese tono melancólico característico del cine polar francés de los años sesenta que no deja indiferente.
Por Francisco José Arcos Serrano