Ciertamente he de reconocer que en lo referente a la compra de este cómic estuve más indeciso que un gordaco en el Mc Donald’s. Y es que al hacer mi lista de la compra de este mes decidí al principio incluirlo. Luego leí algunas reseñas que hablaban de él como un pufo muy serio y decidí que no. Más tarde lo eché un ojo en la tienda y como me dio buenas vibraciones mientras lo sostenía entre mis suaves manitas decidí que me lo llevaba (por cierto chicas, no para todo soy tan indeciso, que lo sepáis).
Ainsss, el bueno de Lobezno, ese enano peludo y con mucha mala leche con el que las chavalitas fantasean por el hecho de que lo identifican con Hugh Jackman. Aparte de ser uno de los personajes más conocidos de Marvel Comics, también goza de cierta fama su ya mítica frase de «soy el mejor en lo que hago, pero lo que hago no es agradable». Sobre ello alardeaba ya desde tiempos inmemoriales en el primer número de sus andanzas en solitario (Lobezno: Honor de Claremont y Miller). Y desde entonces nos lo ha estado restregando por el hocico una y otra vez el tío…
El caso es que este tomo guionizado por el novelista Charlie Huston sirve de arranque para esta nueva colección protagonizada por el mutante de las garras de Adamantium, que en muchos sitios veréis que tratan de vendérnosla como una de las más oscuras, sangrientas y divertidas sagas jamás vividas por Logan. No hace falta ser el puto Sherlock Holmes para ser sabedor de que eso es mucho decir, pero lo que sí que hay que reconocerle a este tomo es el hecho de que aquí el bueno de Lobezno no se cohíbe ni por un momento y veremos cómo se explaya agusto a la hora de dar rienda suelta a sus más bajos instintos salvajes.
A este respecto hay que decir que en ello ayuda bastante el magnífico trazo del dibujante Juan José Ryp con ese estilo suyo tan detallado, recargado y con personajes tan estilizados, que sin duda alguna fue lo que me indujo a hacerme con la compra de este tomo a pesar de las malas críticas que había leido sobre él. Y mira que pensé que con el tiempo había superado eso de comprar un cómic únicamente por el dibujo, pero es que la forma en la que este tío refleja la violencia explícita, las vísceras, las mutilaciones y las desmenbraciones es todo un espectáculo muy llamativo que entra por los ojos a lo Pepe haciendo el nazi.
Sin duda alguna, el arte de este dibujante español es lo más destacable de todo el conjunto, pues el argumento no es más que una sucesión de momentos desagradables y de personajes que lo son aún más. Y es que a lo largo de las páginas veremos desfilar a todo un plantel de «degeneraos» con habilidades sorprendentes, sobrenaturales, inmortales o con un factor curativo cojonudo, que para lo único que sirven es para demostrarnos hasta la saciedad la idea de que por mucho tipo duro y aparentemente indestructible que haya, Logan siempre será el «puto amo» y más bruto que un «arao»…
Eso sí, no todo en el cómic será una orgía de bestialidades ni se trata de hacer todo el tiempo apología de su lado más asesino, sino que también hay ciertos momentos que son buena muestra de que por mucho lado salvaje que tenga el bueno de Lobezno, nunca perderá su sentido del honor y su afán de protección por los inocentes y los más débiles. Pero eso sí, como le putees cosa mala (como hacen algunos personajes de esta historia) ya puedes ir rezando, porque lo más suave que te hará será arrancarte los huevos…
En definitiva, Lobezno. El mejor en lo que hace: Contagio me ha resultado un cómic regulero en el que todo gira únicamente en torno a la idea de que este tío es el mejor en lo que hace y que no hay nadie que le iguale a la hora de ponerse chulo (y esto ya está muy visto…). Un tomo bastante violento y no apto para gente tikis mikis, pues aquí veremos el factor curativo de Logan echando horas extras por todas las atrocidades a la que le someten. Quizás lo único interesante radica en el hecho de ver cómo va despachando uno por uno a todo ese «sarao» de bichos raros que por aquí pululan, entre los que encontraremos a viejos conocidos como el Capi Loco. Lo demás es todo muy olvidable…