Joder, la de tiempo que hacía que no dedicábamos en este blog una reseña a alguno de los tomos de Los Muertos Vivientes. Aunque bueno, he de decir que este post más que una reseña en sí viene a ser un alegato para insistir en el hecho de que toda esa gente que ve sólo la serie de televisión y se pasa el cómic por el ojete no sabe lo que se está perdiendo. Y es que a todos ellos queremos expresarles la idea de que nosotros siempre hemos pensado que el cómic está a añazos luz con respecto a la serie de tv, y este último tomo publicado el pasado mes no hace sino más que reafirmarnos en esa idea…
Cierto es que los compases iniciales de Los Muertos Vivientes en el noveno arte fueron muy impactantes, sobre todo con toda esa parte del Gobernador, un personaje que en la serie no tiene nada que ver con el halo de hijoputismo que rezuma en el cómic. Y es que a nosotros toda esta parte del enfrentamiento de Rick y sus muchachos contra este menda se nos antoja un poco pesada y hasta un pelín aburrida en la serie. Sin embargo, en el cómic eso era una sucesión constante y vertiginosa de acontecimientos a cual más chungo.
El caso es que últimamente se oían críticas que decían que el cómic estaba mostrando síntomas de agotamiento y que ya apenas pasaban cosas sorprendentes. Incluso se decía que Kirkman abusaba de cierto planteamiento por el cual nuestros protagonistas llegan a un sitio, los putean, se van de ese sitio, llegan a otro, sufren más puteos y así sucesivamente…
Pues bien, cierto es que durante estos últimos tomos la historia había perdido fuelle con respecto a los primeros (sobre todo si la comparamos con toda esa parte antes mencionada del Gobernador). Pero el caso es que he de reconocer que tras haber leído hoy este tomo nº 17 he vuelto a recuperar esa sensación de aquellos números en los que Kirkman se sacaba alguna movida de la manga con la que sólo podías expresar: «¡Ostias, no me jodas que este menda ha tenido los santos cojones de hacer esto!».
Y es que personalmente tenía puestas muchas esperanzas en toda esta saga de Something to fear y ciertamente está colmando mis expectativas, pues nuestros protagonistas vuelven a pasarlas putas y vuelven a ser conscientes de que en este mundo apocalíptico hay cosas más chungas que los propios muertos vivientes, las cuales pueden bajarles los humitos de forma tremebunda. Personalmente Kirkman me ha vuelto a sorprender y me ha vuelto a dejar esa sensación de ansiar la llegada del próximo tomo para ver cómo se desarrollan los acontecimientos, pues la historia ha vuelto a ganar enteros a raudales. Sin duda alguna esto sigue siendo lo mejorcito que uno puede encontrar actualmente en el actual panorama comiquero (al menos para mí)…
En definitiva, sirva este post no como reseña de este tomo, sino simplemente para volver a insistir una vez más en el hecho de que no te estanques en la puta serie de televisión y echa un vistazo al cómic. Y es que si eres de los que estás flipado con la serie sin haber leído el cómic, te aseguramos que tras degustarlos te darás cuenta de que es un puto pufo comparado con toda esta historia en el noveno arte. Y por cierto, no somos ni familia de Robert Kirkman ni nos llevamos comisión ni royalties cada vez que alguien se compra un tomo de Los Muertos Vivientes. Tan solo somos unos humildes lectores a lo que les jode lo mala que es la serie de televisión comparada con el cómic.
Amén.
Amén por mi parte 🙂
Le regalé a mi novia el primer tomo de la recopilación gorda que publicaron (están en la cárcel pero no ha aparecido todavía el gobernador, cuando la frase de Rick en la cárcel de que ellos son realmente los muertos vivientes) y todavía no se la ha leído, y eso que es fan de la serie. Siempre le estoy contando: pues aquí se han cortado porque realmente blablabla, pues el gobernador este es un moñas del copón, no hay apenas rollos raros ni malos entre ellos.
Eso sí, reconozco que la serie es un puto pelotazo para la televisión, no me extraña que tenga tanto éxito. Otra cosa es lo que se está perdiendo la gente al ignorar el cómic 😉
El problema es que en la serie de TV no tienen pelotas a hacer lo que pasa en el cómic. Lo que hace el gobernador con Rick o Michonne, por ejemplo, lo de la mujer de Rick, etc.
¡¡¡ NO HAY PELOTAS !!!
Diga usted que sí…