Los que tengáis madera de pornochachos, al leer eso de asalto a la mansión, seguramente se os habrá pasado por la cabeza hacer una pedazo de incursión en toda regla a la mansión Playboy, enganchar de los pelos a alguna de las rubiacas de allí y lleváosla a vuestra casa. Pero no amiguitos, el asalto a la mansión al cual nos referimos hace referencia al tomo noveno de la línea Marvel Gold dedicado a nuestros queridos Vengatas. Y es que si te consideras fan de los héroes más poderosos de la tierra y no has leído esta historia no te podemos tratar como a un igual.
Creo que ya comenté hace tiempo que he dejado dicho que cuando casque quiero me momifiquen con las páginas de mis cómics favoritos. Pues bien, creo que al gilipollas al que pillen por banda para esa ardua tarea le tocará arrancar algunas de las páginas de este tomo y envolverme con ellas cual maruja que envuelve el bocata de su hijo en papel albal. Y es que no me importa cantar a los cuatro vientos que Asalto a la Mansión no es sólo una de mis historias preferidas de los Vengadores, sino también uno de los cómics con los que más he disfrutado cuando lo leí por primera vez…
Y esa primera vez fue allá por principios de los años 90, en uno de esos antiguos tomos recopilatorios que por poco más de 300 pesetas te venían cinco números de una determinada colección. Joder qué tiempos. Aún recuerdo que era la época en la que yo empezaba a aficionarme a esto de los cómics y bajaba muy a menudo al quiosco de mi barrio (el Prensas y Revistas) a pillarme cómics, y fue por aquel entonces cuando me hice con uno de esos tomos de la colección de los Vengadores que tenía esta portada. Además que aún me acuerdo que lo compré un sábado por la mañana, y fue ya en la noche de aquel mismo día cuando me dispuse a leerlo sentado en el sofá del comedor mientras los demás veían la tele.
Zemo tramando movidas
Como es de suponer, yo aún no sabía la historia tan cojonuda que tenía entre (atentas chicas) mis suaves y prodigiosas manos, por lo que a medida que iba avanzando en la historia me iba quedando más y más absorto por cómo iba transcurriendo la trama. Y es que lo que el guionista Rogern Stern y el dibujante John Buscema nos presentaban aquí era ni más ni menos que el asalto de los Amos del Mal a la Mansión de los Vengadores, liderados por el maquiavélico Zemo.
Hyde dando de hostias al pobre Jarvis
Ni que decir tiene que un impresionable jovenzuelo como yo no había visto hasta entonces a los Vengadores pasarlas tan putísimas como aquí. Y es que la historia está plagada de instantes de tensión pura y dura, con momentazos memorables como cuando a Hércules le dan de hostias o cuando a Jarvis (el mayordomo de los Vengadores) le dan otro tanto de lo mismo a manos de Hyde. ¿Y qué me decís de la humillación a la que Zemo somete al pobre Capi con la intención de desmoralizarle a base de “guerra psicológica”?. O cuando Titania y el Hombre Absorbente irrumpen en el hospital para rematar a un Hércules agónico por la paliza recibida, y sólo la Avispa con la ayuda de Scott Lang (el segundo Hombre Hormiga) serán los encargados de hacerles frente cuando a priori no son rivales para ellos.
Thor en plan Liliputiense
En definitva, Asalto a la Mansión es una historia recomendable no sólo para cualquier fan de Los Vengadores que se precie, sino también para todo aquel que quiera leer un cómic bien hecho y bien narrado que te atrapa más y más hasta su desenlace. Y es que los Vengatas las han pasado canutas muchas veces, pero en esta historia sufrieron verdaderamente momentos de humillación y de derrota. Comentaré por último que esta saga dio pie a otra también muy recomendable en la que Los Vengadores tenían que enfrentarse a la ira de los dioses del Olimpo, y que podéis leer en el tomo 10 de Marvel Gold dedicado a los Vengatas. Otra historia que si no has leído ya te vale, joder…