En este blog aparte de ser grandes fans de los filetes de emperador también los somos de este tomo de los Vengadores titulado Emperador Muerte. Y es que de vez en cuando la muchachada de Panini nos deleitan los ojines con la publicación de algunas de las novelas gráficas de Marvel, y este mes le ha tocado el turno a una que fue escrita allá por 1987 (muchos de vosotros aún erais unas mierdecillas más chiquitajas que Goku en el primer episodio de Dragon Ball). Su guionista no es otro que David Michelinie, el creador de Veneno, y su dibujante es el gran Bob Hall…
Así que como gran fan de estas historias de antaño y como gran seguidor que soy de los vengatas no es de extrañar que haya tardado menos en hacerme con este tomo que lo que tardan en arrancar de cuajo un tangazo en una de las pelis guarras del Plus. Además que se trata de una de esas historias repletísimas de personajes (veremos desfilar a los Vengadores costa este y oeste, amén de otros como por ejemplo Ultrón, el Hombre Púrpura, Namor y por supuesto el Doctor Muerte). Por todo esto y por otras razones más no me la podía perder…
Hay quien cataloga este tomo como una de las historias que mejor definen a uno de los cabronazos más chungos jamás creado: el Doctor Muerte. Y es que durante años, Los Vengadores han luchado para mantener la paz y la libertad en el mundo. Pero ahora, Victor Von Muerte, el despótico dictador de Latveria y peor enemigo de Los 4 Fantásticos, está a punto de cambiarlo todo. Si Los Vengadores no le detienen, su plan perfecto saldrá adelante. ¡Y entonces, el mundo se arrodillará ante Muerte!…
Ciertamente se trata de una historia que personalmente me ha recordado mucho a la tesitura planteada por aquella obra tan cojonuda que era el Escuadrón Supremo, por el hecho de que aquí también se plantea al lector la duda de si merece la pena un mundo perfecto y utópico sin hambre, sin guerra, sin racismo, sin violencia y sin paro, pero a costa de anular el libre albedrío y la voluntad de la gente.
Cierto es que los miembros de los Vengadores que consiguen mantener su fuerza de voluntad y resistirse a duras penas a los efectos del psicoprisma con el que Muerte se eleva como emperador del planeta no dudarán por un instante ante el hecho de que es mejor un mundo imperfecto en el que la voluntad de la gente no sea sometida a los designios de alguien. A este respecto he de comentar también que toda esa parte en la que algunos vengadores hacen gala de una mayor fuerza de vountad para resistirse a los influjos que tratan de someterlos me recordó bastante a la historia con la que arrancaba la etapa de Busiek y Pérez en los vengatas, con todo aquel meollo de cómo son trasladados al mundo de Morgana LeFey y sólo unos pocos se percatan de ello…
Pero sin duda alguna, lo más llamativo de este tomo es el análisis que se hace a lo largo de él en torno a la figura de Muerte, pues todo este argumento sirve para demostrar el hecho de que si hay algo con lo que este villano disfruta es con los retos y un mundo sin ellos no es para él un mundo feliz. Y es que personalmente creo que su deseo de ser amo y señor absoluto del planeta es algo comparable a cuando uno va detrás de una chavala y tras un duro esfuerzo consigues que caiga rendida a tus pies, pero con el tiempo te vas dando cuenta de que disfrutabas más cuando ibas detrás de ella que una vez que lo has logrado. Pues algo así es lo que pasa por la cabeza de Muerte una vez que ve cumplido su deseo…
En definitiva, Los Vengadores: Emperador Muerte es una novela gráfica muy recomendable para todos los fans de estos personajes y sobre todo para los seguidores de ese villano, pues el retrato que se nos hace aquí de él resulta la mar de interesante. Un cómic ochentero muy disfrutable que encantará a todos esos lectores dados a estas historias de antaño.