No voy a ocultar que el tipo que lleva los calzoncillos por encima del traje no es uno de mis héroes preferidos. Ni siquiera de los que más me atraen, porque sinceramente no he leído un cómic de este hombre en mi vida. Puede que haya aparecido de refilón en alguna historia de Batman (como ocurre en Silencio), pero su mera aparición hace que me chirrien un poco los dientes. Lo siento, no me gusta. Ni cuando era pequeño y Christopher Reeve hacía malabarismos en una silla con el croma por detrás. Por eso cuando el Sr Grifter vino todo feliz diciéndome que nuestro nulo éxito de los Lunes Molones iba a cambiar con un peliculón basado en Superman no pude menos que pensar «Tamos jodíos».
Mi rechazo a Superman se debe a que es un personaje demasiado poderoso a mi gusto, con una personalidad a lo boy scout que le hacen empalagoso y demasiado sosainas. Pero qué demonios, lo mismo pensaba de la imagen que tenía de Batman y sus villanos, la cual cambió radicalmente cuando me di cuenta que ese personaje tenía historias más adultas donde se mostraba a un hombre murciélago más oscuro que me llegó a encadilar. ¿Será que también el desconocimiento me hace tener una imagen predefinida de Superman que no es la que tiene? ¿Esta peli que me hizo ver el Sr Grifter, de nombre All Star Superman, cambiará mi forma de ver al tipo de la capa? Vamos a verlo.
Es necesario decir que la película está basada en la aclamada serie de cómics del mismo nombre, escrita por Grant Morisson. La historia que se cuenta se sale totalmente de la línea argumental seguida por el héroe, por lo que Grant se ha permitido algunas licencias, como que Lois desconoce quién se oculta sobre las gafulis de Clark Kent. Como ocurre en la obra de papel, Superman se enfrentará a sus últimos días de vida debido a que sus células están muriendo. El motivo de tan importante acontecimiento se debe a Lex Luthor, el cual engaña al hombre de acero para ser expuesto a las radiaciones del propio elemento del que obtiene su poder: El Sol. Cuando Sup descubre que no le queda mucho de vida decide arreglar uno de los aspectos más importantes de su vida: su relación con Lois Lane.
Como es de suponer, la obra nos muestra a un Superman que se autodesenmascara frente a su propia enamorada. Quizás lo más importante es descubrir que las cosas haría un ser con semejante poder al saber que su último aliento está próximo son muy parecidas a las que haría cualquier persona de a pie. Pero por desgracia para él la agenda de un superhéroe no atiende a razones, por lo que tendrá que enfrentarse a nuevos retos y peligros, destacando su enfrentamiento contra su enemigo más acérrimo: el calvorota de Lex Luthor. Otro punto a resaltar es cómo se interpreta al personaje de Lex Luthor, en lugar de mostrarlo como el típico villano turuleta ansioso de poder o simplemente loco, se nos presenta como a un humano corrompido por la envidia, llegando incluso a relatar al propio Clark Kent su opinión sobre el hombre de la capa: un ser tan poderoso que hace sentir a cualquier humano como un ser inferior.
Quizás lo contado arriba hace suponer que veremos una película llena de acción y desenfreno, pero no os engañéis queridos lectores. Desenfreno hay, dado que lo que se cuenta en 12 cómics se mete con calzador en una hora y cuarto de visionado. Todo pasa demasiado rápido para llegar a disfrutar como se merece, ya que hay algunas luchas que podrían haber sido dignas de ver. Salvo por eso, veréis una historia de Superman bastante entretenida donde se nos mostrará su lado más humano.
En definitiva, quizás mi prejuicio sobre Superman hace que no haya disfrutado como se merece All Star Superman (al Sr Grifter parece que le gustó bastante). Sigo mirando de reojo a este personaje, sin entender cómo la gente no se da cuenta que Clark Kent y Superman son la misma persona, diferenciándoles unas gafas de pasta y un remolino en el flequillo. Pero buebo, al menos, como punto positivo, ha conseguido que conozca la obra de papel y que me apetezca leerla, que ya es bastante.
A mí me parece una película cojonuda.
Si eres fan del noveno arte el cómic de Morrison hay que leerlo sí o sí (no hay más cojones que valgan).