Lunes Molones: ATM

Durante este Lunes Molón saqué una fulgurante conclusión: no vuelvo a jugar más al puto FIFA 12. Ya sabéis que antes de vernos la peli que toca durante estas reuniones nos echamos unos vicietes el Sr Grifter y yo a algunos juegos en modo coopertaivo. Como ambos estábamos de puente decidimos alargar la velada y estuvimos desde antes de la hora de comer con frikezas varias. Al darnos cuenta de que «el juego de la botella» estaba siendo aburrido por ser los dos únicos participantes nos echamos unas hordas al Gears 3, al Hunted The Demon’s Forge y al FIFA 12. Pero a este último sólo jugamos un partido… que espero que sea el último. Perder 14-0 (no sé si fueron más porque los últimos minutos yo estaba dando ostias a una pared) contra algún friki de Internet fue bastante para mi. El puto juego saca lo que peor de mi ser y hace que me transforme en algo muy chungo.

Menos mal que al poco tiempo de este mal trago cambiamos de tercio y nos pusimos a ver la peli que había elegido mi compi de agonías: ATM, dirigida por el debutante en cine David Brooks. Según el Sr Grifter mucha gente hablaba bien de la peli y el hecho de ver a unos chavales pasándolas canutas atrapados en un cajero automático le parecía bastante atractivo. Además el guión fue escrito por Chris Sparling, el mismo guionista de la magnífica Buried, que nos gustó mucho en su día.

ATM nos pone en la piel de tres amigos que después de una fiesta deciden ir a sacar pasta a un cajero automático. La mala fortuna les hará elegir uno que está siendo vigilado por un tío chungo que les hará la vida imposible durante todo el transcurso del film. Los amiguetes, ante la tensión de verse en peligro por la inquietante figura que les acecha, buscarán distintos recursos para escapar de tal estresante situación.

¿Qué cojones estará pensando el de la izda de la rubia para tener ese geto?

Ésta es una de esas películas que se ruedan casi integramente en una única localización. En este caso el cajero automático se encuentra en medio de la nada (no he visto ningún cajero parecido aquí en España, pero si lo veo me pensaré muy mucho intentar sacar dinero allí), lo que hace más difícil aún el poder pedir ayuda o escapar sin tener que enfrentarse al misterioso encapuchado. Pero aparte del peligro que supone tal personaje, los protagonistas tendrán que enfrentarse a una situación aún más peliaguda: las heladas temperaturas. Una refrescante noche de unos -20º C hará que se acuerden de las mantitas y el brasero que tienen en casa.

No debe ser agradable encontrarse en esta situación

El berengenal en el que se encuentran los pobres chavales hará que la tensión sea latente durante toda la película y tendrán que tomar decisiones límite para salir de tal enbrollo: ¿Será coherente enfrentarse al desconocido o será mejor esperar a que aparezca ayuda? Lo cierto es que según avanzan los minutos el misterioso encapuchado les pondrá las cosas muy difíciles y la intriga de que saber lo que realmente quiere tal tipejo les sacará de quicio.

El cabronazo que puteará a los protas

Pero ATM flojea un poco porque se notan demasiado los agujeros de guión que hay durante todo el cortometraje cuando uno llega al final de la película. ¿Por qué aparcan a tomar por el culo del cajero si el aparcamiento está desierto? ¿Qué cojones hacen sin móviles, cuando uno siempre los lleva encima? No comentaré nada más sobre este punto por no destripar nada del argumento, pero seguro que estaréis de acuerdo conmigo cuanto la terminéis de ver.

Aún con esos interrogantes y dudas que nos dejó ATM en su finalización, la verdad es que la tensión que genera es suficiente como para que os decidáis a verla. No es que sea un peliculón, pero vaya, se deja ver, cosa que a estas alturas ya nos parece suficiente.