Como hemos repetido ya hasta casi la saciedad, los muchachos de este blog solemos quedar todas las tardes de los lunes para hacer jornada de puto vicio al Fifa y visionado de pelis chungas que te cagas de esas que podrían dejar en estado pseudo catatónico a cualquier personita normal. El caso es que en la última jornada de lunes friki le tocaba elegir película al nunca bien ponderado Kiko, y en un alarde torerazo sorprendió a propios y a extraños alejándose del género de serie B ultra ratonera (que nos suele quitar años de vida) y se marcó una elección peliculera que nadie se esperaba.
Así que cuando dijo que su film elegido para nuestro último lunes friki llevaba por título La muerte negra yo pensé que esto iba a tratar sobre un mandingazo al que se le cruzan los cables y se empieza a cargar ahí a «to kiski». Pero imaginaos mi careto de sorpresa cuando este muchacho me enseñó la portada y pude comprobar in situ cuan equivocado estaba en mis elucubraciones gilipollescas. Lo cierto es que no estuvo nada mal su elección peliculera, sí señor…
Y lo primero que hay que decir sobre Black Death es que fue presentada en el Festival de Sitges del 2010, y como sabéis, cualquier película que pasa por allí es carne de visionado por parte nuestra (así de facilones somos, chicas). Su argumento está ambientado a mediados del siglo XIV, en plena época en la que Inglaterra fue asolada por la terrible Peste Negra. En un mundo caótico dominado por las supersticiones, el joven monje Osmund recibe el encargo de conducir a Ulric, un temible caballero, y a su grupo de mercenarios a un pueblo próximo a un pantano, en el que, según los rumores, los muertos vuelven a la vida.
Cualquier «flipao» de la vida que lea las dos últimas líneas del párrafo anterior quizás tienda a pensar que este largometraje está hecho para colmar las expectativas de los frikis y poder ver a Sean Bean repartiendo mandobles contra todo tipo de monstruosidades peores que la Duquesa de Alba en picardías. A todas estas personas les diremos que Black Death en ningún momento pretende ser una película fantástica o de aventuras, sino que su principal objetivo es reflejar de forma bastante cruda la realidad de aquellos tiempos medievales repletos de fanatismo religioso y de supersticiones varias.
Pero si hay algo que a nosotros nos llamó la atención de este film es el hecho de que en la actualidad nos quejamos por cosas como la Gripe A y pandemias de ese jaez, pero ciertamente todas ellas son mariconadas comparadas con la escabechina que armó la peste negra hace varios siglos (y esta cinta es buena muestra de ello). Todo esto, junto a ese concepto de religiosidad obsesiva antes comentado y la incansable persecución de la herejía por parte de los hombres de fe son sin duda alguna los elementos más destacables de esta película, que seguramente agradará a todos aquellos que tengan interés en conocer cómo se las gastaban algunos en este período tan oscuro de la humanidad.
En definitiva, Black Death es un film que nos ha sorprendido muy gratamente ya no sólo por su interesante trama y su magnífica ambientación, sino por el hecho de reflejar de esa manera tan cruda y realista esa época en la que se ambienta. Sin duda alguna, tras su visionado es ineludible no reflexionar durante unos instantes sobre las tremendas barbaridades que se cometieron en tiempos pasados en nombre de Dios y cómo a veces la religión puede convertir a las personas en auténticos salvajes. Por cierto, alguien debería decirle a Sean Bean que está ya demasiado encasillado en esos papeles de tío pelazos y con barbas repartiendo mandobles a base de espadote (eso sí, el tío lo borda)…
Winter is coming. Muy buena película, a mi me gustó bastante, aunque no sé por qué tenía la impresión de que iba a tener algo de fantástica.