Al igual que un marido se cansa de su esposa tras 25 años de matrimonio, creo que tras tantas tardes de reuniones frikis el nunca bien ponderado Kiko está hasta el mismísimo ojete de tener que elegir película para nuestros lunes molones de vicio a la Xbox y cine chungo. Y es que antes este muchacho se molestaba en buscar pelis chanantes o curiosas, pero desde un tiempo hacia acá el tío mira entre el repertorio de su videoteca diez minutos antes de llegar el momentazo de tragarnos la peli y me pone la primera puta mierda que pilla.
Muestra de ello es el film que me tenía preparado para el lunes pasado, que yo no sé de dónde coño la habrá sacado pero rezumaba un super pestazo a peli chunga de las sobremesas de Antena3 que te cagas (ya sabéis, esas pelis que se sientan a ver nuestras mamis tras fregar los cacharros). El caso es que ya solamente mirando la portada te das cuenta de la panda de gilipollas que por aquí desfilan, pues van por la vida de cazadores guays y no se pispan de que tienen al puto lobo detrás suyo, no me jodas. En fin, que de vacilones está el mundo lleno…
¿Y qué os puedo contar yo sobre esta paranoia, chavales?. Pues así a bote pronto diré que se ambienta en pleno siglo XIX, y en ella veremos cómo una monstruosa criatura tiene acojonada a una aldea europea en las noches de luna llena. La temible reputación de la bestia atrae a cazarrecompensas, buscadores de emociones fuertes y charlatanes hasta ese pequeño pueblo, entre los que destacará un misterioso extranjero y su equipo de cazadores de hombres lobo. Sin embargo, no tardarán en descubrir que esta criatura es más fuerte, más lista y más peligrosa que cualquiera de las que ellos se hayan enfrentado antes (y no precisamente porque tenga estudios de posgrado, sino porque es cabrona y mala como ella sola).
Por lo comentado en ese párrafo anterior salta a la vista de que es el típico film de bajo presupuesto en el que tendremos al sempiterno hombre lobo que arma escabechinas con los pobres campesinos noche sí y noche también mientras un grupo de valientes se ofrecerán para cazar a la bestia. Todo ello envuelto en un contexto de efectos especiales con transformaciones ratoneras, gore a base de látex a tutiplén, interpretaciones reguleras y una ambientación no demasiado mala del todo y con unas neblinas muy curiosas que seguramente fueron credas por los amigos porreros del director (Louis Morneau).
Merece la pena decir que de alguna forma el film pretende poner a prueba nuestras cualidades detectivescas a la hora de averiguar quién de todo este tinglado es el hombre lobo (algo así como lo que pretendió hacer en su día aquel clasicazo titulado La Bestia debe morir). Sin embargo, no hace falta ser el puto Sherlock Holmes para darte cuenta a los diez minutos de haber empezado la película que no hay más cojones de que el hombre lobo ha de ser quien al final acaba resultando serlo. Además el film cuenta con algún que otro interesante giro argumental al final del mismo que al menos contribuye a eliminar un poco los bostezos previos. Pero vamos, que poca cosa más vais a encontrar aquí…
Por cierto, quizás a las niñas les mole verla por la presencia del actor Adam Croasdell, que en el film luce unos aires de chulazo a lo Hugh Jackman y una barbita a lo Robert Downey Jr que provocará en alguna que otra fémina unas ganas locas de querer frotarse contra los cojines del sofá. Quitando ese incentivo para las niñas, Hombre Lobo: La bestia entre nosotros es un film un poco flojeras que al menos se deja ver sin que tras llegar a su final a uno le quede la sensación de que se ha quedado más gilipollas que cuando empezó a verlo.