Es duro cuando un colega te crea ilusiones y altas expectativas diciéndote que la película que te tiene preparada para vuestra reunión friki de esa tarde va a ser la puta repolla en vinagretas y al final acaba poniéndote una puta mierda mucho más grande que Justin Bieber y el jodido Reggaeton juntos. De todas formas he de confesar que yo personalmente ardía en deseos de tragarme esta película, pues desde que vi su curioso trailer me quedé más inquieto que un gitano en la sección de chandals del Carrefour. Pero hay ciertas cosas cuyas apariencias engañan más que una puta tailandesa, e Iron Sky es una de ellas.
Pero claro, a la hora de documentarme para hacer esta reseña me acabo de pispar que se trata de una producción finlandés-alemana-australiana y es muy normal que de todo ese «sarao» no puediera salir nada bueno. Por cierto, acabo de leer la acojonante noticia de que hay planes para una precuela y una secuela de este film, con lo cual me replanteo una vez más el hecho de que si hubiera un dios bueno y justo no permitiría que se invirtiera dinero en estas putas paranoias.
Pero como digo, en un principio la cosa prometía pues el argumento no podía ser más friki. Y es que Iron Sky parte del supuesto de que a finales de la Segunda Guerra Mundial un grupo de científicos nazis lanzaron un cohete en dirección a la cara oculta de la Luna. Una vez allí, establecieron un campamento secreto que les permitió recomponerse y formar un nuevo ejercito. 2018 es el año que han escogido para regresar a la Tierra, con una misión muy clara: dominar de una vez por todas a la Humanidad.
Tras leer un argumento así, a poco friki que se sea, uno no puede menos que empezar a restregarse contra el pico de una puerta como si fuera un puto oso ante la idea de ver esta película. Y es que si en Transformers 3 se nos contaba que había robotitos de estos por ahí echándose la siesta en la cara oculta de la luna, por qué coño no iba a poder haber también nazis escondidos allí. Así que es muy normal que antes de su visionado estuviera con los ojos encharcados en lagrimones como si fuera la puta Candy Candy.
Pero claro, uno empieza a ver esto pensando que va a tratarse de un film de ciencia-ficción cojonudo y finalmente te encuentras una auténtica paranoia que pretende ser una comedia paródica y descacharrante de los típicos clichés del género, pero que resulta que tiene la gracia en el ojete. Y es que Iron Sky es todo un desfile de personajes a cual más gilipollesco con los que uno no puede menos que preguntarse cómo han podido reunir a semajante panda de tontacos en tan pocos metros cuadrados (sigo sin asimilar la idea de que conviertan en nazi al pobre negrillo protagonista).
Sin embargo, si hubiera que destacar alguna nota positiva en el film podríamos decir que al menos los efectos especiales no son del todo malos y resultan bastante pasables para una película de estas características. Además detrás de este argumento gilipollesco se esconde una curiosa sátira política, no contra los nazis precisamente, sino principalmente contra los EEUU y su agresiva política internacional (ciertamente esa crítica a modo de parodia es lo único salvable de esta cinta).
En definitiva, Iron Sky era una película en la cual teníamos puestas muchas ilusiones pero tras su visionado se nos han ido a tomar por culo. Nos ha resultado un film pesado, aburrido, sin gracia y que desaprovecha una idea cojonuda para hacer una peli friki del copón. Así que para nada recomendamos esta especie de Independence Day con nazis, porque el rato que dura bien podrías usarlo para buscar fotos de la rubia protagonista por la red (porque la tal Julia Dietze está muy pero que muy rica)…
Candidata a Pufazo del Año.
¿Pero esta película ya se ha estrenado?Vaya,tenia ganas de echarle un vistazo,pero me las habéis quitado.De todas formas,no me acababa de gustar el tufillo a Sky Captain que desprendía.
Como decía mi abuelo al salir del cine…»un tostón mu bonito, señorita»
Pufo no, lo siguiente…
No os atreváis a tocar el DVD ni con un palo.