Hace aproximadamente un año, en una de nuestras citas de los Lunes Molones, nos vimos un thiller que nos sorprendió bastante aun cuando en un principio no dábamos un duro por él. Su nombre era The Collector y a pesar de su bajo presupuesto nos engatusó por su asfixiante atmósfera y por los sorprendentes métodos que usaba el psycho-killer del que la película tomaba su nombre. De hecho, el Sr Grifter la nominó dentro de las tres mejores películas que hemos visionado durante el 2012. Pues bien, desde que se enteró de que The Collector tenía una secuela, el chaval andaba como loco por verla y justo es lo que hicimos el pasado lunes. Dicha segunda parte se llama The Collection y en ella volveremos a comprobar lo gran hijo de puta que es el coleccionista y descubriremos con pavor qué tipo de colecciones le gustan al tío loco.
Marcus Dunstan repite dirigiendo esta secuela siguiendo las pautas que tan buen resultado le dieron su primera parte. Queda patente en ambas películas que el director ha sido guionista de algunas de las películas de la saga Saw. Ambiente asfixiante, salvajes ejecuciones y escenas impactantes vuelven a dejarnos pegados al sofá de nuestra casa.
The Collection sitúa su acción justo después de los hechos acontecidos en The Collector, por lo que recomendamos encarecidamente su visionado para entender plenamente lo que sucede (y si dejas de leer a partir de aquí incluso mejor, ya que hay un dato que quizás te destroce el final de la primera parte). Esta vez el coleccionista lía una escabechina de órdago en una discoteca donde numerosos jóvenes disfrutan de una noche de fiesta y desenfreno. Después de disfrutar de su sangrienta obra atrapa a una joven llamada Elena y decide llevársela a a su propia guarida con el propósito de añadirla a su escalofriante colección.
Durante los hechos de la discoteca veremos cómo el protagonista de la primera parte, Arkin, consigue escapar de las garras del asesino. Pero su enfrentamiento con el coleccionista no terminará aquí, ya que decidirá ayudar a un grupo de mercenarios, contratados por el padre de la chica secuestrada, a introducirse en la guarida del asesino. Arkin y el grupo de mercenarios se verán obligados a recorrer los pasillos de un hotel en ruinas repleto de trampas mortales.
Volveremos a disfrutar de la perturbadora mente del coleccionista que nos dejará perplejos con su habilidad a la hora de diseñar mecanismos (muy al estilo Saw) que supondrán trampas mortales para los protagonistas. Pero donde se nos quedará el culo torcido de verdad será cuando descubramos la obra de este enfermo mental. Cuerpos mutilados, experimentos con seres humanos aún vivos o recreaciones de animales imposibles usando partes de cuerpos humanos conformarán el arte de este engendro.
Si bien esta secuela no nos ha sorprendido tanto como The Collector, tenemos que admitir que nos ha resultado muy entretenida, siendo una más que decente continuación dónde se nos dan más datos de hasta donde puede llegar la macabra mente de este singular psicópata. Nosotros te recomendamos encarecidamente que te veas su primera parte (sin dejarte engañar de su comienzo de peli de sobremesa) y si te gusta, que te la juegues con su secuela, ya que ambas películas te harán disfrutar (o pasarlo mal, depende de cómo lo mires).