Una lunes más nos juntamos el Sr Grifter y yo para degustar el delicioso suflé de chocolate que este hombre realiza con sus manos y de charlotear de cómo va el índice Nikkei (tenemos varios negocios oscuros en Japón donde blanqueamos el dinero conseguido por publicidad en el blog) y la prima de riesgo, que es un chaval del barrio que tiene una prima que está de muy buen ver. Después de un rato poniendo en orden nuestras finanzas y de echarnos una operaciones especiales al último COD (que tengo que decir que no me gusta demasiado), nos dispusimos a ver la última recomendación de este señor.
Si recordáis, hace unos días Grifter vino to flipado comentando que su próxima apuesta sería Vanishing On 7th Street, mostrándonos un trailer que presagiaba una buena noche de sustos o al menos de tensión. Por fin parecía que podríamos subir el nivel de las últimas películas que nos habíamos tragado en las últimos Lunes Molones y que estaban forzándonos a tirar la toalla en esta sección que nos trae por la calle de la amargura.
Vanishing On 7th Street nos situa en una ciudad que es atacada por una especie de oscuridad que hace desaparecer sin rastro a toda persona. El ataque merma casi al completo la población, salvo algunos afortunados que se encuentran en zonas iluminadas. Varios de los superviviente terminarán encerrados en un local, situado en la calle 7th, acosados por la letal sombra que les irá devorando uno a uno.
La verdad es que la propuesta es bastante prometedora. Una espeluznante sombra que toma formas extrañas y siluetas humanas como si de fantasmas o seres bidimensionales se tratara que hace imposible la vida a varias personas. La angustia que la oscuridad genera en el ser humano, sumado a susurros y otros sonidos que parecen salir del mismísimo más allá, hacen que los primeros minutos nos hicieran pensar que estábamos ante una de esas pelis, que aunque quizás no sean legen-darias, nos hicieran pasar un buen rato de terror.
Lo triste es que esa sensación se diluye gracias a la falta de ideas de la que hacen gala los guionistas de esta película. Durante los 90 minutos que dura se nos pretenderá dar miedo o tensión utilizando siempre los mismos métodos y trucos. Quizás en los primeros minutos funcione, pero al final termina por cansar. Además no ayudan los actores, algo planos, que hacen su trabajo sin pena ni gloria y sin ningún tipo de simpatía (en realidad, yo no hacía más que pensar cuando se iban a cargar a la piba y al Anakin de los cojones).
Sinceramente, Vanishing On 7th Street no está demasiado mal, se puede ver, pero se termina haciendo un poco monótona en varios puntos. Es clara la analogía que tiene con el juego Alan Wake, donde la propia oscuridad tiene vida propia y entraña peligro el simple hecho de quedarse sin luz. Por ello no me entra en la cabeza cómo alguna veces los propios protagonistas son sorprendidos sin una fuente de luz encima (que encima no les faltan), o que no se les ocurriese en ningún momento hacer una fogata del tamaño de un ninot.
En definitiva, una peli de la que teníamos esperanzas y que nos ha dejado un poco fríos por sus fallos de guión y su falta de ideas a la hora de causas estrés o miedo.
¿La carátula es así o es que la foto está tiñosa?