Nueva jornada de lunes molón que volvió a ser un cúmulo de despropósitos fiferos de muy señor mío. Nos tocó en la primera fase de la Champions un puto grupo más «tirao» que una guarra de la calle Montera y en el 5º partido de esa primera tanda ya estábamos fuera de la lucha por entrar en los octavos de final. Consecuencias de todo esto: pues algo tan simple como que el nunca bien ponderado Kiko se quedó con ganas de estrellarme la cabeza contra la pared y reventármela a lo Arteche.
Y francamente pude conseguir que este chaval no llegara a darme de hostiazos porque le engatusé diciéndole que mi elección de película friki de la tarde iba a provocar que empezara a restregarse el dvd de forma lasciva por todo su cuerpo. Y es que habíamos escuchado comentarios que decían que se trata de uno de los largometrajes más terroríficos del año y que había provocado convulsiones y vómitos en algunos espectadores durante su proyección el festival de cine de Sundance. Así que con cara de tremendo acojone nos dispusimos a verla…
Pues bien, tras esta introducción gilipollesca de relleno paquetil no me andaré con rodeos y diré que si esta película está considerada por muchos como de lo mejorcito del 2012 entonces estamos realmente jodidísimos. Y lo más curioso es que el argumento en un principio prometía, pues nos pone en el pellejo de un grupo de delincuentes de poca monta contratados por un misterioso sujeto para que vayan a una casa abandonada a encontrar allí una cinta con imágenes horribles. Las instrucciones decían que tal cinta debía ser de fácil reconocimiento, pero cuando llegan a la casa se topan con una enorme biblioteca de ellas. Su tarea será entonces descubrir cuál es la cinta en cuestión.
Todo esto da pie a una antología de relatos cortos de terror (cinco concretamente) que iremos presenciando conforme estos raterillos van probando las susodichas cintas, las cuales supuestamente deberían ponernos el vello de punta como si fuéramos el puto Espinete, pero que a nosotros nos dejó con una cara de parsimonia que parecíamos dos putas frígidas. Lo curioso es que cada una de esas historias está firmada por gente curtida en el género, con nombres tan destacables como Adán Wingard, Bruckner David West Ti, McQuaid Glenn y Joe Swanberg, pero a nosotros personalmente ni siquiera nos inmutaron mínimamente con ninguna de sus historias. Quizás la de los fenómenos paranormales en la webcam sea la más destacable de todas ellas, pero tampoco os esperéis algo que os ponga los pelos de punta.
Por tanto miedo lo que se dice miedo no da, pero lo que es agilipollar lo hace que da gusto. Y es que todas y cada una de esas historias están rodadas en plan mockumentary o falso documental, y creo que el nunca bien ponderado Kiko empieza a convencerme con su idea de que este tipo de películas ya saturan a lo bestia y siguen tratando de aprovechar de forma canallesca aquella fórmula que hace unos años resultaba fresca y original, pero que hoy por hoy ya aburre, marea y resulta hasta cansina.
En definitiva, V/H/S era un film en el que teníamos depositadas muchas esperanzas en que podría hacernos volver a recuperar la ilusión por el género de terror pero nos ha resultado peor que un patadón en los huevos con unos fluchos con puntera de acero reforzada. No es más que un cúmulo de historias cortas sin pies ni cabeza que en ningún instante producen ningún tipo de tensión ni la sensación de engancharte como un puto koala al brazo de la persona de al lado. No nos engañemos señores, el género de terror está de capa caída, porque si esto está catalogado como de lo mejorcito del año entonces apaga y vamonos. Eso sí, si quieres ver una amplia variedad de tetámenes entonces échatela un vistazo…
Eso sí, hay tetas…
Si, como un creepshow pero en malo
En versión pufo diría yo