Últimamente Masacre está casi hasta en la sopa el tío, pero hay que reconocer que tiene su gracia el «condenao». Creo que ya comenté en cierta ocasión que hace unos añitos era un personaje que a mí personalmente no me hacía «ni fú ni fá». Pero desde que me hice con unos tomos de saldillo que recogían la etapa de Joe Kelly empezó a resultarme un tipo curioso el bueno de Masacre. Desde entonces trato de hacerme con todos estos tomos que se van publicando dentro de la línea 100% Marvel, que recogen miniseries suyas (y la última que ha salido en nuestro país es la titulada Masacre Corps).
Este tomo que nos ocupa recoge los 5 primeros números de esta nueva aventura del personaje, en la que le veremos metido en uno de esos «saraos» tan raros en los que suele acabar involucrado nuestro mercenario bocazas favorito. Y por si ya fueran poco de por sí los desvaríos y las idas de olla del gran Wade Wilson, en este cómic seremos partícipes de las paranoias de «otros cuatro Masacres más». ¿Qué cómo es eso posible?. Pues no os preocupéis que enseguida os lo explico.
Lo primero que hay que comentar al respecto es que merece la pena remontarse a otra miniserie anterior (de la cual hablamos hace ya en este blog), y que lleva por título Masacre: el mercenario zombie. Como recordaréis, en cierto momento de aquella historia (y debido a ciertas vicisitudes), pudimos ver a nuestro protagonista dando una serie de saltos dimensionales en los que pudo conocer a diferentes versiones suyas. Pues bien, en este tomo que nos ocupa, Masacre se verá en la obligación de tener que reunir a algunos de sus «otros yos» de aquellas otras dimensiones para hacer frente a una amenaza que puede poner en peligro a todo el Multiverso Marvel (francamente muy chunga tiene que estar la cosa para que este tío sea la gran esperanza de salvación).
Para ello reunirá un selecto grupete de «Masacres» de otros planos dimensionales, entre los que podemos encontrar a versiones tan variopintas suyas como Lady masacre (a la que veremos nuevamente dando de hostias al «General América»), el Nene (también llamado Tito, proveniente de una dimensión en la que se encuentra en un orfanato junto a las versiones de los X-men de ese plano alternativo), Pulgoso (conocido también como Cujo, el perro más tontaco de la historia de Marvel), y por supuesto tendremos a la famosa cabeza zombie de la anterior miniserie comentada (a la que aquí se bautizará con el nombre de Chiqui sin bolsillos, anda que…).
De esta forma, los primeros números del tomo sirven como presentación de cada uno de estos personajes tan curiosos, con la intención de que conozcamos un poco mejor a estas versiones de Masacre provenientes de otras dimensiones. Personalmente he disfrutado con la parte del tomo que sirve como presentación al personaje del Nene, pues están saladísimas todas esas versiones de los mutis de esta dimensión, con un Charles Xavier muy salido que es dado a probarse pelucas para resultar atractivo a ojos de Emma Frost (para así ganar puntos y poder calzársela), y un Cíclope que verdaderamente es más nenas que el de la primera peli de X-men. Aunque más divertida es aún si cabe la historia de Pulgoso, con toda esa mofa al tema de Arma-X, parodiándolo por medio del llamado proyecto Rimel-X llevado a cabo por una empresa de cosméticos que usa animales como cobayas. Nuestro perro protagonista formó parte de uno de esos experimentos que salió mal, dando como resultado un perro deforme e indestructible.
De esta forma, al final del tomo ya tendremos una noción más amplia de cada uno de los miembros de este estrafalario quinteto, gracias a la presentación que se nos hace de cada uno de ellos. Por tanto, acabaremos la lectura con todo el grupo ya reunido y listo para encarar esa amenaza tan peligrosa a partir del próximo tomo. Pero antes podremos verles ya trabajando en acción a todos juntos en una especie de previo en el que han de competir contra otro grupo de «elegidos» para desempeñar ese papel de salvadores (lo cual sirve de colofón final para este primer tomo y que a mí personalmente me ha dejado con ganas de más).
Pero sin duda alguna, lo más llamativo es todo ese baile de dibujantes que nos acompañarán a lo largo de cada número, y que sirve para volver a reencontrarse con viejas glorias tales como Rob Liefeld, Kyle Baker o While Portacio, entre otros (y cuya variedad de estilos tan dispares sirven como recurso para diferenciar los distintos planos dimensionales en los que existen cada uno de estos personajes). En definitiva, un tomo que sin ser nada del otro mundo creo que gustará a los incondicionales de Wade Wilson, pues es todo muy acorde a lo que viene siendo la esencia gamberra de este personaje (esta vez aderazado todo ello por otras cuatro versiones suyas más, a cual más chocante). Si eres mínimamente dado a las aventuras de Masacre no estaría mal que te lo echaras un vistazo.