Como sabéis, este humilde blog cuenta con tres mascotas como tres soles (como son los gatos de Kiko). Y es que tanto el Logan como el Ioga como la Jara son el santo triplete gatuno que nos inspiran en nuestros posts y dan gran vidilla a la sede del blog. Y sabe dios que aunque intentamos hacer de ellos verdaderas máquinas de matar que se tiren a morder los huevos de todo aquel que nos caiga gordo, ellos pasan de nosotros, nos ignoran y van ahí a su puta bola (salvo en los momentos en los que nos ven poniéndonos «to» gochos y se nos acercan a gutronear piscolabis). El caso es que antes que estos tres gatos tuvimos otras mascotas la mar de saladas, las cuales hoy os queremos dar a conocer en este post…
Seguro que muchos de vosotros estaréis pensando que tuvimos al típico pato al que llevábamos de un lado a otro atado con una cuerda. Pues si pensáis eso os diremos que es cierto (somos así de simplones). Pero lo curioso de nuestro pato Romualdo (pato fashion donde los haya) era que iba siempre a la moda y con peinaos guapos-guapos. A él le gustaba este peinado, aunque a nosotros nos recordaba a la Duquesa de Alba.
El caso es que Romualdo murió una noche de agosto pisoteado en la discoteque y para llenar su vacío nos compramos otro. Lo que pasa es que este otro pato pronto conoció a una chica pato (mitad pato mitad lagarta), lo enganchó a lo bestia y tuvieron mazo de hijos. Lo que sí es cierto es que como mascota era majete pero como padre…, buffff (pero oye, que como mascota bien, ¿eh?).
Como con los patos tuvimos mala pata (valga la redundancia) probamos suerte con los mapaches y fue así como adoptamos a Chindasvinto. Lo curioso de él es que era muy religioso y no aprobaba las búsquedas de fotos de pilinguis que hacíamos en google. Ahí le vemos rezando por nuestras almas con un colega…
Nuestro Mapache estuvo de novio más de 7 años y llegó puro a la noche de bodas. Se casó con una gatita muy mona llamada Pepita, y se fue a vivir con ella (aquí podemos ver una foto del día de su boda entrando por la puerta del hotel).
Más tarde probamos suerte con los monos y nos compramos un mico «mu salao» al que llamamos Tobías. Lo que pasa es que era un poco cabrón y vacilaba a todas las chavalas, hasta que un día nos lo descoyuntaron de una hostia.
Como pudimos disfrutar poco tiempo de Tobías, nos compramos otro mono al que llamamos Melindo y también nos salió rana. Esta foto es del día en el que Katy Perry vino a visitar la redacción del blog, hicieron buenas migas y se lo llevó.
Tras los monos probamos suerte con los osos y nos hicimos con uno del que decían que era mago. Se llamaba Bermúdez y ahí le vemos haciendo uno de sus trucos más famosos. El caso es que un día el muy gilipollas hizo un número de desaparición y nunca más volvimos a verlo.
Tras Bermúdez tuvimos dos osos Panda (Michimoto y Pachuli), pero resultaron ser unos delincuentes empedernidos que se colaban en las casa de las vecinas y les revolvían los cajones de los tangas.
Continuando con este repaso a nuestras queridas mascotas os hablaremos a continuación de una tortuga que tuvimos llamada Paquita, que somo sabéis son bichos que viven mazo de años. Paquita pasó su juventud en la Alemania nazi, se formó en las juventudes Hitlerianas y por eso en la actualidad vive anclada aún en esos valores y se considera una tortuga de raza superior.
Por cierto, os contaremos a modo de curiosidad de la tortuga Paquita que cuando no está por ahí partiendo piernas con un bate, es una apasionada del break dance, y os podemos decir que lo hace de putísima madre. Y para muestra un botón…
Y para acabar ya por hoy (pues la semana que viene volveremos) os dejamos con una estampa de otra de nuestras mascotas «desaborías», la cual dedicamos a todos nuestros lectores.Y es que este bicho tenía locas a todas las «insectas» del barrio, tal y como puede apreciarse…