Hace tiempo, en una galaxia muy lejana, un grupo de amigos quedaron para ver una peli en el cine. Fueron a la aventura, sin saber qué echaban en cartelera, por lo que cuando llegaron se encontraron que lo que había para ver no era demasiado bueno. Entre ellas estaba Skyline, pero uno de los amigos ya la había visto, por lo que siguieron decidiendo cómo pasarían la tarde. Las opciones quedaron reducidas en dos: 3 Metros Sobre el Cielo o Megamind. Creo que para todos los presentes en la sala la elección estaba clara, salvo para uno, que saco fuerzas de flaqueza y se la jugó a una sóla carta: o entramos a ver 3MSC o yo no veo ninguna. A tomar por culo.
Como os imaginaréis (y podéis ver en nuestra reseña de ese día), la tarde se echó a perder. Ahora, después de ver Megamind, puedo asegurar que le da mil vueltas a la puta peli española de mierda que he comentado antes (en este momento es cuando un grupo de salvajes quinceañeras se rajan las vestiduras y me llaman gordo, feo y no se qué cosas más que nos llamaron en su día). Pero bueno, yo vengo a hablar de mi libro, ehmm, digo, de mi peli.
Lo que más nos llamó la atención a los chicos de Vas Tú Listo a la hora de visionar la peli es que su argumento giraba alrededor del tema de los superhéroes. Eso, como sabéis, nos pone cachondones que te cagas. Nos preparamos unas palomitas y unos clínex para limpiarnos las manos (por las palomitas, claro) y nos sentamos en el sillón ávidos de comprobar si aquel día fatídico elegimos mal o muy mal la película que íbamos a ver en el cine. Creo que no hace falta que responda.
Megamind nos relata la historia de dos niños con superpoderes que son enviados a la Tierra justo antes de que su mundo sea tragado por un gigante agujero negro. El destino de ambos niños estará marcado desde su infancia y ésto contribuirá en cómo se comportan cuando son mayores. Uno de ellos crecerá bajo la admiración y el buen hacer de sus actos, convirtiéndose en el virtuoso Metro Man, con poderes muy similares a Superman, y el otro niño, Megamind, crecerá bajo el bochorno y las risas que su inventos fallidos siempre ocasionan.
Como podéis ver desde el comienzo de la película se nos presentan ambos personajes como el superhéroe a la vieja usanza y su némesis que intenta conquistar la ciudad. No faltará tampoco el toque femenino completando así el famoso cliché de chica enamorada de superhéroe y supervillano que la usa para dar guerra. El problema es que todo se complicará cuando Megamind consigue acabar realmente con la vida de Metro Man y aparecen nuevos supervillanos en la ciudad. A partir de este momento será cuando Megamind tendrá que decidir si sigue en su bando o se pasa al lado del bien para ayudar a la ciudad que siempre ha querido conquistar.
Como suele pasar en este tipo de películas el humor estará presente durante casi todo el metraje y lo interesante es que está bastante bien conseguido, lo que contribuye a que la película sea muy amena y divertida de ver. Los niños seguramente se lo pasarán pipa viendo los inventos a cada cual más extravagante que Megamind es capaz de construir, y de cómo normalmente todos ellos fallan y degeneran en situaciones bastante cómicas. Los más curioso de la película es ver cómo el argumento se centra en la parte malvada, dándonos a entender que incluso el lado más oscuro necesita amor y cariño. No faltará tampoco la parte más romántica, ya que se verá cómo Megamind es capaz de cambiar sus actos arrastrado por el atontonamiento que tiene con la guapa reportera (y es que dos tetas siempre tiran más que dos carretas).
En definitiva, una peli que os recomendamos para que paséis un rato divertido, tanto con peques como sin ellos. Ale, todos a verla.