Hubo una época en la que a la hora de disfrutar de una tarde de lectura tiraba siempre hacia el cómic americano con los superhéroes de toda la vida y de ahí no me sacabas ni ostiándome con un palo. Pero de un tiempo hacia acá (y aunque el otro colaborador de este humilde blog me llame «gafapaster» por ello), mis inclinaciones están yendo más hacia cómics de argumentos más currados, principalmente europeos, con temáticas más inquietantes, elaboradas y que, sobre todo, al final de su lectura y tras cerrar la última página te dejen reflexionando sobre lo que acabas de leer…
Es por ello que hoy quiero dedicar unas palabrejas a una de mis mejores lecturas de estos últimos años y que no es otra que este cómic titulado Esos días que desaparecen. Conocí a su autor, Timothé Le Boucher, tras leer el tomo titulado El Paciente (otra lectura que recomiendo encarecidamente). El buen sabor de boca que me dejó aquella obra me hizo aventurarme a hacerme con esta otra y me resultó todavía más cojonuda. Se trata de una lectura sobre la que creo que saber cuanto menos de ella es lo más recomendable, por lo que solo desvelaré que se basa en la premisa de «¿Qué harías si, de repente, te dieras cuenta de que solo vives un día de cada dos?». Bajo este contexto se va desarrollando la historia de nuestro protagonista de una manera intrigante, emotiva y sobre todo enganchándote de una forma que es imposible no leerlo entero del tirón ansioso por llegar a su final. Y lo más importante, como he dicho al principio, una obra que tras acabarla te invitará a tomarte unos minutos de reflexión para absorber algunas de las cosas que acabas de leer y meditar sobre algunas de ellas. Le doy cinco estrellas como un puto Kaiju de grandes…