Películas pufo y maluchas las he visto a montones, pero Monsters se lleva la palma (y no precisamente la de Oro del Festival de Cannes). Cuando este film se estrenó hace unos pocos meses lamenté el hecho de no haber ido a echarla un vistazo al cine, pues cuando vi el trailer en su día me dio muy buenas vibraciones, pues hacía presagiar un interesante film que apuntaba grandes maneras. Ciertamente parecía una película muy en la línea de Monstruoso con esas imágenes del trailer en las que se insinuaba un largometraje con criaturas la mar de extrañas y donde se suscitaba el interés del espectador dejándole con ganas de más por lo poco que se enseñaba de ellas.
Así que ayer en casa de Kiko nos dispusimos a ver este film emocionados y casi con lagrimones en los ojos esperando ver una peli chula de ciencia-ficción que nos hiciera vibrar más que el mando de la Xbox. Pues bien, a este respecto os diré que finalmente acabamos ambos medio mareados y pidiendo la hora por la penitencia a la que nos estábamos sometiendo con el visionado de este film.
Por momentos yo trataba de tranquilizar a Kiko con la frase de «esto va a mejorar, esto va a mejorar» (emulando las vacías esperanzas de Bart Simpson en Campamento Krusty con su ya mítica frase de «Krusty vendrá, Krusty, vendrá»). Pero realmente fue frustrante que a medida que avanzaba el film esto hacía aguas por todos lados. Viendo que pasados los primeros 45 minutos la cosa ya no tenía salvación, nuestras esperanzas se posaron en el hecho de que la rubia saliera en pelotas o al menos enseñara las tetas (pero es que ni eso…).
Supongo que Kiko y yo pusimos las miras muy altas con este film pues íbamos con la idea que nos dejó el trailer de que esto era un largometraje de terror fantástico, cuando realmente no es más que un dramón y una historia de romance entre los dos protagonistas, dentro de un contexto de ciencia ficción y pseudo-apocalíptico. El caso es que la premisa planteada por el film en sus compases iniciales era bastante buena, con toda esa explicación de que hacía seis años que se había descubierto vida extraterrestre en el Sistema Solar y se había enviado una sonda de la NASA para que recogiera muestras. Sin embargo, esa sonda (en su viaje de regreso) acabó estrellándose en la zona limítrofe entre México y EEUU, haciendo de ella una extensa área «infectada» y restringida en la que han proliferado esas monstruosas formas de vida alienígenas.
A pesar de todo lo comentado, hay un detalle que a mí particularmente me gustó de este film y que no es otro que la crítica que se hace en él a la naturaleza humana por el morbo de muchas personas ante las noticias de muerte, caos y destrucción. Además noté en ella una cierta reminiscencia a la magnífica Distrito 9 en el sentido del rechazo del ser humano por todo lo que es diferente y su tendencia a aislarlo completamente (en el caso de este film, levantando un muro bestial en los límites de esa zona comprometida). Y es que bien es cierto que se trata de formas de vida monstruosas, pero en el film se insinúa que en cierto modo son un tanto dóciles y sólo se vuelven fieras y se inquietan como consecuencia de la actividad militar y los bombardeos desplegados en esa zona. En definitiva, que es el hombre quien saca lo peor de estos seres (tal y como veremos desde el principio con la escena que sirve de apertura del film).
A modo de conclusión diré que a lo mejor me he pasado un poco en esta reseña cebándome con la película y dejándola por los suelos. Sin embargo, he de argumentar que mi crítica tan mordaz viene como consecuencia del recelo causado por el visionado del trailer, que juega con las ilusiones de los frikis y nos mete en la cabeza la idea de que esto va a ser una película de ciencia-ficción de las buenas con toques de terror y tensión por doquier (un género con el que yo personalmente disfruto), y realmente no es más que una historia de amor en un lugar chungo y peligroso. Esa idea equivocada del trailer habrá provocado que en su día más de uno se haya dejado 8€ en ver un film que no se adecúe a sus gustos en absoluto (y precisamente por esta forma de engañar es por lo que la estoy poniendo a caldo). Así que si eres de los que cuando viste el trailer te quedaste con ganas de ver una película de ciencia-ficción y de monstruitos más te vale que te alejes de Monsters, porque esto no es más que un dramonaco con momentos que son como mirar una pecera: no pasa absolutamente nada. Por último os dejo con el famoso trailer que a mí personalmente me engañó más que un político en campaña electoral.