Tengo que confesar que Namor siempre me ha resultado un personaje poco atrayente y lo poco que he leído de él ha sido en las páginas de grupos como Los Vengadores o Los Defensores. Tampoco sabría explicar el motivo, pero es que como personaje en solitario nunca me ha acabado de agradar este menda y sus andanzas. El caso es que el mes pasado salió este tomo en tapa dura, que tiene a Namor como protagonista (aunque bueno, por lo que he podido documentarme por ahí, sus apariciones a lo largo de la historia son con cuentagotas). Cuando hice mi lista de la compra del mes pasado, este tomo ni siquiera me inquietó, pero ayer casualmente leí una reseña sobre él que me ha suscitado el interés hasta cotas muy altas. Y es que por lo que he podido documentarme, la historia se sitúa en los primeros años del siglo XX, donde un famoso y reputado científico especializado en desmontar todo tipo de mitos es contratado para dirigir un expedición que vaya en busca de otra anterior, que al parecer ha desaparecido, y cuya última comunicación parecía dar a entender que había encontrado la mítica ciudad sumergida de Atlantis.
A partir de aquí, acompañamos al protagonista y a la tripulación del submarino en un descenso en busca de algo que parece imposible, y a menudo que van avanzando en su aventura parece cada vez más real. Al parecer, el comic ofrece una visión que se acerca a la utilizada en films como “La Cosa” o “Alien, el Octavo Pasajero”, consiguiendo involucrar al lector en la atmósfera opresiva y de tensión que va apoderándose de los personajes a medida que se van acercando a su objetivo. Tal y como pasa en muchas de estas historias, aquí el “monstruo” es meramente intuido durante gran parte de la trama. De tal manera que Namor (en efecto, él es el “monstruo” de la función, y es la versión más terrorífica suya que jamás se haya podido ver) tiene un protagonismo en cierta forma fantasmal, ya que, aunque sea parte básica de la historia, sus apariciones físicas son contadas, pero muy impactantes. Son en muchas ocasiones los propios marineros los que a través de sus leyendas, van creando en el lector la imagen de ese mítico guardián de Atlantis que acabará con cualquiera que se atreva a adentrarse en los fondos marinos buscando sacar a la luz la existencia de su ciudad.
Por si el argumento ya fuera de por sí inquietante con todo lo explicado, hay que añadir el soberbio dibujo de Ribic, que muestra los fondos marinos y la asfixiante vida interior del submarino de una forma con la que consigue crear en el lector la sensación de indefensión ante la inmensidad de lo desconocido, manteniendo además una intranquilidad continua y un temor constante a lo que pueda surgir de entre las sombras. En definitiva, una historia apasionante que aunque no entraba en mis planes de hacerme con ella, tras leer varias críticas y reseñas, me estoy planteando seriamente comprarla en mi próxima visita a la tienda. Y es que al parecer se trata de una historia bastante diferente a lo habitual, donde de hecho, queda en manos del lector decidir si los acontecimientos que ha presenciado son reales o fruto de los desvaríos de unas mentes perturbadas.
Por si el argumento ya fuera de por sí inquietante con todo lo explicado, hay que añadir el soberbio dibujo de Ribic, que muestra los fondos marinos y la asfixiante vida interior del submarino de una forma con la que consigue crear en el lector la sensación de indefensión ante la inmensidad de lo desconocido, manteniendo además una intranquilidad continua y un temor constante a lo que pueda surgir de entre las sombras. En definitiva, una historia apasionante que aunque no entraba en mis planes de hacerme con ella, tras leer varias críticas y reseñas, me estoy planteando seriamente comprarla en mi próxima visita a la tienda. Y es que al parecer se trata de una historia bastante diferente a lo habitual, donde de hecho, queda en manos del lector decidir si los acontecimientos que ha presenciado son reales o fruto de los desvaríos de unas mentes perturbadas.