Ciertamente entre la vorágine de novedades que entran mensualmente en casa de un coleccionista de cómics, suele ocurrir que a veces alguna de estas se queda por ahí perdida entre los armaritos, durmiendo el sueño de los justos. Esto ha sido exactamente lo que me ha ocurrido con Obergeist Ragnarok, un tomo que entró en mi casa allá por el año 2007, lo guardé en uno de mis armaritos esperando a ser degustado, y ahí se quedó más abandonado que un perrillo en el mes de agosto o que un viejete en una gasolinera.
Así que imaginaos mi careto el otro día cuando de pronto me encontré con este cómic que llevaba ahí casi cuatro añazos esperando su momentazo (más o menos como Bojan Krkic). Sorpresivo me resultó abrir la primera página y darme de morros con una introducción de ese genio llamado Bruce Campbell. No pude menos que ponerme de pie y leer las sabias palabras del «puto amo del 7º arte» sobre lo que tenía que decir al respecto de este tomo en el prólogo del mismo. Ciertamente con una introducción de Bruce la cosa pintaba bien, pero finalmente la lectura de este cómic me ha resultado un poco flojeras (enseguida os explico el porqué).
Obergeist Ragnarok se puede resumir como la historia de una redención, concretamente la de un científico nazi (Jürgen Steinholtz) que trabajaba al servicio de Hitler haciendo todo tipo de desagradables experimentos y atrocidades con seres humanos con el objetivo de «dar con algo» que les ayudara a ganar la guerra. El caso es que debido a cierto hecho ocurrido (explicado con cierto dramatismo en el contexto de la historia), nuestro protagonista tendrá una revelación sobre el tremendo mal y el sufrimiento que está causando y se verá en la imperante necesidad de redimir todos sus pecados. Ciertamente, esta primera parte de la historia es lo más interesante del cómic, pues supone un arranque prometedor que atrae la atención del lector por ese cambio tan radical sufrido por el protagonista y la manera en la que expiará sus pecados.
Sin embargo, a partir de entonces el argumento irá tomando unos derroteros un tanto «paranoiescos» a través de los cuales el bueno de Steinholt se embarcará en una especie de mision divina en plan enviado de Dios (o al menos eso cree él) para redimir todo el daño causado. Para ello, será enviado al año 2147, una época en la que veremos que seguirán permaneciendo los mismos odios de antaño y los mismos prejuicios de siempre. Nuestro protagonista tendrá aquí el contexto perfecto para redimirse, a pesar de ser una época a la que no pertenece pero cuyo trasfondo negativo es bastante parecido al de su tiempo. Sin embargo, a partir de aquí la historia empieza a degenerar convitiéndose en una sucesión de hechos un tanto incoherentes que le hacen perder a uno el interés del principio. Al menos esta parte se intercala con unos buenos flashbacks sobre el pasado de nuestro protagonista en los que se nos cuenta cómo llegó a convertirse en un científico a servicio de Hitler. Además hay que comentar sobre ellos que cuentan con el trazo del magnífico Tony Harris con su estilo tan peculiar, lo cual es un deleite para los ojines.
En definitiva, Obergeist Ragnarok me ha parecido un tomo regulero y un poco flojeras que para mi gusto desaprovecha un arranque prometedor, pues se va diluyendo poco a poco en una sucesión de paranoias que hacen que vaya decayendo el interés a medida que uno va adentrándose en la lectura. Una historia redención de un mal hombre tratando de hacer algo bueno y que sin duda alguna podría haber dado para más. Eso sí, me quedo con la pedazo de introducción de Bruce Campbell.
Vaya, al principio parece un comic sobre Josef Mengele, lo que este ni se arrepintio, ni viajo al futuro (creo)
Yo una vez viajé 10 minutos en el futuro.
Fue un día que quedé con Kiko a las 18:00h. Le llamo al telefonillo y le digo: «Túuuu, baja ya, coño, que son las 6».
Y me responde: «Hala pero qué dices, si todavía son menos diez».
Y ná, esa es mi historia de cuando estuve 10 minutos adelantado en el tiempo con respecto al resto de los mortales.
xDDDDDDDDDDDDDD lo que me he llegado a reir con la gilipollez que has soltado tio, que grande! jajajajajajaja
Lo más escalofriante es que está basada en hechos reales, como las pelis de Antena3