No sé si os hemos comentado alguna vez que uno de los colaboradores de este blog es un arduo fan de la discografía de Mari Trini y muy a menudo se pone a escucharla ahí a todo trapo ante el acojone de todos nosotros. Es justamente en momentos como estos cuando me meto en la sala insonorizada de la sede del blog y me pongo a escribir dándole al teclado con una cara de velocidad del copón. Y hoy os quiero hablar sobre una novedad comiquera que ha salido publicada hace unos días de la mano de Norma editorial y que me llamó la atención echándola un vistazo en la tienda…
Ciertamente se trata de uno de esos cómics de los que uno no tiene ni zorra idea, pero con el simple hecho de leer el resumen de la contraportada consigue atraer la atención. Frank Armstrong va a morir. Pronto. El mismo día en que le es diagnosticado un cáncer cerebral incurable, Frank recibe una oferta de trabajo: encontrar a la hija desaparecida de un mafioso y traerla de vuelta a su padre. Una misión que se convertirá en una carrera llena de confusión a causa de los síntomas provocados por el tumor, pero también en su última oportunidad de redención.
No hace falta ser detective ni ir por la vida creyéndose uno el puto Sherlock Holmes para ser sabedor del hecho de que esto es género negro en estado puro. Por lo que he podido documentarme por la red, el cómic derrocha intriga por los cuatro costados hasta llegar a su curioso desenlace. Personalmente me ha llamado la atención y estoy planteándome darle una oportunidad y hacerme con este tomo en mi próxima visita a mi tienda favorita. Si me hago con él y lo leo ya os diré qué tal en una futurible reseña…