Imagináos la situación: una apacible tarde en una tienda de electrodomésticos, cuando de pronto un demonio sediento de sangre posee a una de las clientes de la tienda dispuesto a armar una escabechina. Sin embargo hay una persona acostumbrada a tratar con este tipo de seres: –Sra, me veo en la obligación de pedirle que abandone la tienda. -¿Quién diablos eres tú? (con voz endemoniada) –Me llamo Ash…., electrodomésticos. -¡Me comeré tu alma!. -Ven por ella. Cómo no, si alguien se merecía un post en reconocimiento a su gran aportación al mundo del frikismo, qué menos que hablar de Bruce Campbell y su interpretación como el famoso «aventurero» Ash Williams. Cualquier persona que sea un poco friki a la que preguntéis por este famoso personaje, seguro que se le empañan los ojos de la emoción.
Y es que hay muchas páginas que consideran a este actor como uno de los principales puntales del cine friki, y la verdad es que no es para menos. El otro día hablaba con una coleguilla y no recuerdo cómo salió el tema de la famosa trilogía de Sam Raimi…; el caso es que mi amiga me dijo: «Pues desconozco esas películas».
Ayer por la tarde estuve viendo la segunda parte de Hellboy. ¿Qué más se le puede pedir a una tarde de sábado que ver esta entretenidísima película en la más agradable de las compañías?. Yo nunca había sido un gran seguidor de las aventuras de este personaje hasta que hace 2 ó 3 años estrenaron la primera parte de esta película y me empezaron a interesar sus andanzas. Me refiero a que sí conocía al personaje y los comics en los que aparecía, pero el dibujo de Mike Mignola con ese estilo de dibujo «feísta», con tantos juegos de luces y sombras y esas líneas tan geométricas, no me parecía suficiente aliciente como para interesarme en la lectura de alguno de sus tomos.
Pero a raíz del estreno de la anterior película me agradó la esencia del personaje, y me hice con unos cuantos tomos recopilatorios de las más aclamadas sagas de este personaje (y la verdad es que no me arrepiento de esa compra, y viendo la peli de ayer me enorgullezco incluso aún más si cabe).
Hoy me he emocionado cuando he encontrado en una carpeta recóndita de mi disco duro mi famoso baremo con el que catalogaba yo las pelis que veía hace unos años. Todo empezó en el año 98/99 aproximadamente, cuando mis coleguillas Kiko, Escoti, Alvarito y yo decidimos hacer lo que llamamos el famoso «núcleo duro cinéfilo». Consistía nada más y nada que conjurarnos para ir todas las semanas (a poder ser el día del espectador) a ver un estreno de la cartelera. Casi siempre solíamos contar con la presencia de un guest starring que se nos unía para dar más caché a esa amalgama de (otrora) ídolos de quinceañeras. Al principio todo era muy bonito e idílico y sólo nos faltaba ir de la mano al cine…; y es que en los comienzos de esto, todo era una democracia utópica donde entre todos decidíamos qué película nos podía llenar más colectivamente. Pero poco a poco eso empezó a degenerar en una autocracia en la que cada semana le tocaba a uno decidir qué película se veía, y fuera la peli que fuera, para el resto no había más huevos que callar y tragar como perras. Y la cosa empezó a degenerar más cuando la pauta a seguir en la elección de la película empezaba a ser la de ver la peli de la cartelera que más asco y desgana pudiera generar en el resto de individuos.
Así que durante esta época fue el contexto donde creé mi famoso baremo con el que calificaba las películas que íbamos viendo. Y llegó a causar tal furor en su día que nada más acabar la película, todos se giraban hacía mí esperando que pusiera nota con una de mis famosas calificaciones.
Incluso llegué a ir anotando en un papel toda las pelis que íbamos viendo y al lado la nota que yo le daba con mi famoso baremo robertisco. Esa lista creo que ya ha pasado a mejor vida, pero al menos me alegro de haber encontrado mi famoso ranking para dar notas a las películas. Además para darle más caché la he puesto flanqueada por dos de mis divas cinéfilas, a pesar de que haya personajillos por ahí que traten de dejarlas por los suelos blasfemando sobre ellas en mi cara…; de una de ellas me dicen que es una tábula ras y de la otra que tiene cara pato, pero me da igual. Yo simplemente diré que estas 2 mozas derrochan más glamour levantando una sola ceja que cualquiera de las guarronas y lagartas que inundan el cine actual (ahí queda eso, padiez).
Una cosa tengo clara, y es que no puedo ir en el autobús o andando solo por la calle sin escuchar música. Por eso mi mp4 es algo así como un fiel y querido acompañante que me ameniza los paseos y los viajes del curro a casa y viceversa. Si de algo estoy orgulloso es de la compra de mi fantástico mp4 Samsung T9, tirado de precio en las ofertas del Tien 21, que reproduce video, música, imágenes, étc…, con una calidad asombrosa y encima con una batería que no se acaba con solo darle un par de tutes. Además puedes «decorar» el fondo con la imagen que quieras, y yo he puesto una muy chula de un comic que se llama Battle Chassers (pinchad en el link y os aparecerá la imagen que os digo, la de Garrrison sosteniendo la espada y el medallón de su difunta amada). Mucha gente me pregunta que cómo gustándome tanto estas movidas de los mp4 y tal por qué soy anti-movil y paso de tener uno (pues ya ves, sibarita que es uno y anti-movil forever). El caso es que hoy iba oyéndolo por la calle y se me ha ocurrido que podía escribir un post sobre esas cancioncitas que todos llevamos en nuestros reproductores de música, que cuando suenan no puedes escucharlas sólo una vez, y tras acabar de oirla la primera vez te la vuelves a poner una y hasta dos o tres veces más. Actualmente llevo en mi reproductor mp4 unas casi 350 canciones, de las cuales voy a elegir 5 que responden a ese arquetipo de temazos que te encandilan y que cuando las llega el turno de sonar no puedes escucharlas sólo una vez.
Pues bien, la primera de esas 5 super-canciones con la que voy a empezar es una (cómo no) del grupo QUEEN. Todo el que me conoce un poco es sabedor de mi debilidad tanto por Elvis Presley como por este grupo británico que tiene canciones míticas. Es más…, me voy a mojar como un tío (para que luego digan que no lo hago) y voy a decir que si tuviera que quedarme con sólo una canción de este grupo, me quedaría con ésta. Si lee esto mi colega Héctor seguramente pondrá el grito en el cielo, ya que la canción que he elegido no es el Bohemian Rhapsody, sino otra que a mí personalmente me encanta y creo que es mi canción favorita de ellos. Y joder que si me estoy mojando…, porque QUEEN tiene mazo de canciones molonas (ahí podéis escucharla en el aparetejo ese de debajo).
En segundo lugar he elegido otra pedazo de canción que cada vez que suena se me caen los lagrimones. Se trata nada más y nada menos que el «Back in Black» de los AC/DC…; joé aún recuerdo lo mucho que me emocioné cuando oí sus acordes al principio de la peli de IRON MAN (una peli que empieza así tiene que ser cojonuda a la fuerza). Además que casualmente hoy ha sonado esta canción en mi mp4 y lo menos me la habré oído 4 veces seguidas (y es que no es para menos, pardiez).
La siguiente canción es bastante curiosa ya que la conocí gracias a un puto juego de la Nintendo DS que va de cancioncitas y bailecitos y de tanto oirla jugando al jodío juego se me metió hasta el hipotálamo y ya no me la he podido quitar de la cabeza. El caso es que cada vez que la llega el turno de sonar en mi flamante mp4 siempre acabo oyéndola como mínimo 3 veces antes de pasar a la siguiente. Se llama «Makes no difference» del grupo Sum 41 y la verdad es que hay que reconocer que tiene un ritmillo que se te van los piececillos.
Uy…, ante la siguiente canción me quito el sombrerazo (y eso que no llevo, pero por ella me compraba uno y me lo ponía sólo para quitármelo cuando sonara). Se trata de un conocidísimo temazo de los KISS que escuché el otro día en un episodio de los Simpsons, en una escena en la que Homer salía bailando subido en un banco de la iglesia. Pedazo de canción que seguro que habéis oído y que es cojonudísima (cada vez que la llega el turno de sonar en el mp4 me emociono, coñe).
En cuanto a la última canción estaba renqueante sobre si meter el «Get away» de Texas, el «Layla» de Derek and the dominos o esta otra. Al final me he decidido por el «Good thing» de los Fine young cannibals, ya que son un grupo que creo que tienen canciones la mar de chulas, destacando este pedazo de temazo del que siempre suelo hacer un par de audiciones antes de pasar a la siguiente canción del mp4.
Desde hace tiempo quería dedicar un post a este par de «cracks» a los que considero, con diferencia, los mejores humoristas que ha dado este país. Recuerdo que empecé a saber de ellos a raíz de un programa que echaban a principios de los 90 y que creo recordar que se llamaba «Cajón desastre»…; solían tener apariciones esporádicas a lo largo del programa con sketches bastante divertidos y muy vacilones. Pero cuando realmente me empezaron a encandilar fue a raíz de un programa que hicieron por el año 94/95 llamado «El orgullo del tercer mundo». Una calurosa noche veraniega, allá por la medianoche, tenía la tele puesta y recuerdo que haciendo zapping me encontré de casualidad con este programa.
Bueno pues el otro día por fin me decidí a hacerme con esta pequeña maravilla en una de mis visitas a las rebajas de dvd’s del Corte inglés (hay gente que me mira asustada cada vez que digo que he estado en las rebajas y no voy a comprar ropa). El caso es que mi idea inicial no era hacerme con este magnífico pack, sino que simplemente iba a echar un vistazo a las pelis bélicas para aprovechar ese 35% de descuentazo que hacen. Pero estaba yo así como muy castizo en el stand de las temporadas de series en dvd, cuando mis ojos se posaron sobre ella. No…, no me refiero a la dependienta (que también apuntaba maneras) sino a este pack con las 4 primeras temporadas de esa serie. En cuanto la sostuve entre mis manos (ójala a la dependienta) me encontré en el dilema de si decidirme o no a darme el caprichazo y comprarme este pack. Era un poco reticente por una simple razón que voy a explicar: cuando uno es jovencito suele tender a ser muy flipable con cualquier gilipollada.
Bueno pues ayer por fin fui a ver la nueva película del murciélago espoleado por las tan buenas críticas que había leído sobre ella y que la ponían como un peliculón digno de verse. Y qué mejor que ir a verla que con un gran fan y coleccionista de Batman (como es mi colega Héctor), que hasta fue con su famosa camiseta con el símbolo del murciélago. Antes de ir a ver la peli estuve en su casa, donde me enseñó sus últimas adquisiciones de comics de Batman y se emocionó cuando llegó el monento de sacar su mencionada camiseta del armario para ponernos rumbo al cine. Por cierto, es reconfortante ir con gente también friki a ver este tipo de películas para poder hacer una charla-coloquio en plan programa del Garci al final de la misma. Aunque bueno, el Héctor me tiene contento porque han abierto una tienda de comic debajo de su casa y el tío no me informa al respecto.
A lo mejor me estoy poniendo un poco pesadito con esto de empezar a meter post de películas de la 2ª Guerra Mundial, pero es que hace un rato me he acordado de una peli que vi hace poco y creo que se merece la pena ser comentada. La primera vez que tuve constancia de esta película fue en una de mis visitas al Fnac, que la vi allí entre los estantes de cine bélico. A mi siempre me han llamado la atención las películas de ese género que están ambientadas en guerras famosas o sobre comandos. Como por lo que pude leer en la parte trasera de la carátula, el argumento no era ni remotamente parecido a nada de esto, pues nunca me había decidido a meterla en mi «cesta de la compra». Sin embargo, hace poco me estuve documentando en un blog de cine bélico sobre películas míticas, y me encontré una muy buena crítica de ésta…; como soy un flojo, lo que leí en esa reseña me encandiló, y por esa razón me hice con esta película en las rebajas del Corte inglés (por la compra de 4 dvd’s te hacen un 35% de descuento, joé).
Hoy voy a dedicar unas palabrejas a una película que vi hace unos días, y que a pesar de haber leído previamente críticas que no la dejaban en buen lugar, tengo que reconocer que a mi no me ha decepcionado del todo. La película se llama «Comando», que no sé quién le habrá puesto ese título en español cuando originalmente se llama «HELL IS FOR HEROES» (qué poca imaginación y qué forma de hacer las cosas sin ilusión, la virgen). El protagonista es el soldado Reese, un personaje de carácter arisco y malhumorado, que será destinado a una unidad enviada a combatir en la zona de Bélgica. De esta forma, Reese y otro pequeño grupo de soldados quedarán encargados de defender una posición donde están apostados, a muy pocos metros de un emplazamiento alemán fuertemente defendido.
Recuerdo que hace muchos años echaban en Telemadrid una serie muy divertida que se llamaba «ALLO ALLO». La serie estaba ambientada en la Francia ocupada por los alemanes y nos venía a contar las peripecias del bueno de René Artois. La historia se desarrollaba en su mayor parte en el pequeño café de René, que trataba de ayudar a la resistencia francesa escondiendo a dos aviadores británicos en la parte de arriba de su local. La serie era extremadamente divertida y alocada porque el pobre René tenía que ingeniárselas para que los alemanes no le descubrieran, a la vez que iban apareciendo episodio tras episodio personajes a cual más estrambótico e irrisorio. Pero dejando de lado el argumento y demás personajes que salían, quiero centrar este post en la figura de René, al que meto en mi selecto grupito de personajes molones porque el tío era un crack.