Seguramente leyendo el título de la reseña así en frío y sin mirar la foto adjunta, a muchos se les vendrá a la cabeza el niño gordo aquel de Verano Azul. La verdad es que no van por ahí los tiros, ya que este film es una remake del clasicazo del año 1978 dirigido por Joe Dante. Hablando de clasicazos, ¿os habéis fijado en el tremendo parecido del cartel del film con el de la mítica Tiburón?.
Por cierto, antes de continuar comentaré que no sé si he dicho alguna vez en este blog que a veces la gente me pregunta porqué no voy a la playa, a lo que yo suelo responder siempre que es por el trauma que me causaron en su día esos dos títulos comentados antes. Aunque he de confesar que a esto se une una orden judicial que me prohíbe andar en tetas por lugares públicos. El caso es que hoy he decidido acrecentar mi gran trauma playero con el visionado de este film. A modo de consejo subrayaré el hecho de que no sigáis mi ejemplo de verla justo después de comer en plena digestión, porque hay que reconocer que el largometraje tiene sus momentos.
Sobre el argumento poco que comentar, salvo el hecho de que acontece en un tranquilo y apacible pueblecito llamado Lake Victoria, donde tiene lugar la celebración de una fiesta de la primavera, a la que acuden miles de jóvenes de todas partes para disfrutar del sol, el agua y el alcohol. Sin embargo, el terror se desatará cuando a raíz de un temblor subterráneo se abra una grieta en el fondo del lago que libera a cientos de pirañas prehistóricas con ansia de carnaza.
A colación de este croquis argumental comentaré en primer lugar la curiosidad de si realmente existen lugares playeros donde todas las mozas que campan por allí son de 90-60-90. Durante todo el film he estado fijándome en las extras femeninas (en plan «¿Dónde está Wally?») con la intención de localizar a una sola gorda mocha con lorzacas colgaderas. Pues nada oye…, no he visto ni una sola. Desde los Vigilantes de la Playa no había presenciado una cosa así.
Lo cierto es que el film cuenta en su haber con dos tipos de carnaza: el de los resquicios pegados a los huesos que dejan las pirañas y el desfile de cachaza de chavalas en bikinis «mu apretaos». Para muchos esto será lo mejor del film, porque hasta que empieza el meollo puro y duro con las pirañas armando una escabechina muy seria, uno ve pasar ante sus ojos todo un recital de tetámenes y culazos que ni Casanova en sus mejores tiempos (eso por no hablar de la escena en plan rollo-bollo bajo el agua, que me imagino que verla en cine en 3D provocaría más de una taquicardia en su día). Supongo que todo ello es para que el espectador empatice un poco con las pirañas y de alguna forma entienda el porqué de ese ansia «pirañil» por zamparse a tanta jamona suelta.
Como nota positiva del film, diré que la parte final de la película, con toda esa apoteosis del festín que se pegan «nuestras amigas» las pirañas en plena juerga adolescente, no está nada mal. Hay que reconocer que cuando empieza el meollo puro y duro el largometraje gana bastantes enteros, pues ciertamente tiene sus momentos tensos ante el hecho de ver a tanta pobre gente metida en el agua a merced de estos feroces pececillos. Además las escenas que se desarrollan en el barquito donde están atrapados nuestros protagonistas también tiene sus instantes de apuro. Por cierto, destacaré el momentos chamburguesas tipo Humor Amarillo que tiene el film, que seguramente lo firmaría el mismísimo chino Cudeiro en sus mejores tiempos.
Mención especial también al plantel de rostros conocidos que tiene la película, entre los que encontramos a un Richard Dreyfuss que aparece un poco de paquete y únicamente en el momento pre-títulos de crédito a modo de ejemplo de lo que son capaces las pirañas. Veremos también al bueno de Ving Rhames con su habitual cara de mala hostia, a Christopher Lloyd en uno de esos papeles de científico loco que le vienen al pelo, o a una Elisabeth Shue, que está estupenda a sus casi 50 años. Y por supuesto, dejo para el final a mi mito erótico de antaño, Kelly Brook, que sin duda alguna es lo mejor del film (y con diferencia).
En definitiva, Piraña 3D es la típica película apta para reunirte con los colegotas y pasarlo pipa comentando lo buenas que están todas las tiazas que por ahí pululan y viendo las escabechinas que arman los animalejos protagonistas. Porque otra cosa no, pero toques gore tiene bastantes, y realmente no son aptos para gente muy tikis-mikis. Así que si eres dado a ese tipo de cine repleto de sangre a tutiplén y mozas de buen ver, esta es tu película (sino, ni te acerques a ella porque te acordarás de los muertos «pisoteaos» de alguien).
En resumen: Has visto la peli por las tias buenorras 90-60-90
Básicamente
¿Y eso es malo? Hay muchas chicas que vieron 3 Metros sobre el Cielo por ver las cachas de Mario Armas, como tantos otros hemos visto toda la saga de Porkys porque además de ser super cachondas, se veían culos y tetas.
¿O acaso la saga Crepúsculo tiene algo más allá que tíos que vuelven locas a las niñas?
pero esas chicas son adolescentes en pleno fervor hormonal de 13-16 años,vosotros ya de adolescentes teneis poco….
yo no veo esas pelis ni aunque salgan los tios más buenos del planeta. y en mi defensa diré que Mario Casas no me parece guapo.
Yo sigo esperando el dia en que Paul Mccartney corresponda mi amor.
Si llegas a conocerle personalmente podrías preguntarle si hay opciones de que retome esa pedazo de serie en la que era protagonista… «Se ha escrito un crimen». Cojonuda.
Tras ver esta peli comentar que tampoco esta tan mal, creo que la ayuda de interpretes con cierta reputacion la hace mejorar, los bichos estan bastante bien y las mujeres….. pufff.
Yo este fin de semana voy a por SUPERPIRAÑA, que si que debe de ser mala no, lo sieguiente
Sí hombre…. si la peli entretiene.
Yo la recomiendo a toda la muchachada