Mira que en esta vida hay cosas asquerosas, mierdosas y guarradas varias que llevarse al hocico (allá cada uno con su conciencia), pero yo personalmente pensaba que no había nada peor que las lentejas o que el puto arroz con leche guarrindangas que hace mi señora madre. Sin embargo, hoy he descubierto que estaba muy equivocado. Todo ha acontecido allí en mi curreles, estando yo así «mu» chulín en mi sitio y sin meterme con nadie cuando de pronto una compi me dice: «¡Toma Rober, pilla un caramelo»!. Yo que soy un caballero y nunca digo que no a una dama (tomad nota de esto chicas), cojo el caramelo ahí «to» feliz, lo abro, me lo llevo al hocico y a partir de ahí ha tenido lugar algo que me ha hecho pensar que en una de mis vidas pasadas debí de ser muy cabrón.
Y es qye hoy he aprendido que en la puta vida vuelvo a comer un caramelo Solano de sabor café Expresso, porque hasta un perro «pisoteao» por un trolebús ha de tener mejor sabor que esto. De todas maneras, ahora que lo pienso yo también soy un poco gilipollas, porque no me gusta el café y voy y me zampo un caramelo con un sabor tan fuerte que parecía rebozado por el sobaco del mismísimo Juan Valdez, no me jodas.
El caso es que por hacerme el chulín y por el hecho de que esta moza no me viera sacarme el caramelo de la boca y mandarlo a tomar por culo de un patadón a lo Iker Casillas sacando de portería, me he acabado el caramelo, y así me ha pasado, que se me ha quedado un sabor a café cafeto en la boca que me ha tenido toda la puta mañana «cuasi-mareao» y hasta hace bien poquito no me lo he podido quitar (para ello he tenido que comer, merendar, beberme 1 botellita de agua y zamparme un par de caramelos de menta). Sirva este post para poneros en alerta sobre los putos caramelos estos, y si algún día alguien os ofrece un Solano Expresso lo mandáis a tomar por el culo de mi parte. Buenas tardes.
Ya era hora de que te hicieras adulto y disfrutaras de un buen café…
Donde esté un buen colacao pepitas…
Nada, nada, eso fue una venganza.
Yo fui sólo una pobre víctima en todo este episodio…
Me he partido el santo ojal con esta entrada
Pue aún me dura el trauma. Hace unos días vi por el suelo tirado un envoltorio de un caramelo guarro de estos y se me inundaron los ojos en lagrimones pensando en cómo alguien podía haberse jodido la vida comiendo esta cosa tan mierdera.
Soy nuevo en esta web, pero reflexiones y lunes molones no deberían caer en el olvido(hormigos)
Es que cuando nos ponemos a reflexionar podemos ser «mu profusos».
No estaría mal ver el vídeo de Olvido para un Lunes Molón. Interesante un rato 😛
Que ya no son Lunes Molones. Ahora son Martes Chupi-Guays.
Me niego a llamarlos así, ¡Ostias!