Sí bueno, para riesgo suicida el de un cacho gilipollas de aquí del barrio que se compró un monopatín y a los cinco minutos de estar haciendo cabriolas en plan mico tuvimos que cogerle del suelo casi con pinzas y llevarle corriendo a Urgencias. Pero no amiguitos, el riesgo suicida al que nos referimos hoy no tiene nada que ver con flipaos de esos que se creen Tony Hawk, sino con cierta novedad comiquera que ha sacado a la venta la muchachada de Aleta ediciones…
Y es que cualquier friki de pura cepa es sabedor de que el mes de mayo es duro de cojones. Es frustrante ver la cantidad de novedades comiqueras que salen con motivo del Salón del Cómic de Barcelona y tener tan poquito dinero para gastar por culpa de la puta crisis. Algunos se prostituirían para sacar pelas extras y poder fundírselas en todo el materialazo que les gustaría; otros en cambio serían capaces de echar cianuro en el puré Maggi de la abuela para pillar la herencia. Lo cierto es que yo también he sufrido esta frustración en mis carnes y he tenido que seleccionar qué novedades de las que salían este mes me pillaba y cuáles no. Pues bien, Riesgo Suicida es una de las que han caído…
«¿Y de qué coño va esto?», os estaréis preguntando los que no tengáis ni zorra sobre este cómic. Pues a esta muchachada les diremos que el argumento parte del supuesto de que la gente con superpoderes está surgiendo inexplicablemente por doquier y hay un gran problema: demasiados supervillanos. No hay suficientes superhéroes. La gente está muriendo y los polis mueren el doble. La humanidad se ve superada y las buenas personas sufren innumerables tragedias al intentar ponerle freno. El abatido policía Leo Winters es uno de los que se esfuerzan en marcar la diferencia. Y la solución podría estar en dos pringados con un oscuro secreto.
Me gustaría aprovechar esta ocasión que se me brinda para decir que tras haber tenido el placer de catar Deathmatch y Supurbia le estoy cogiendo el gustillo a los títulos de Boom! Studios. Y personalmente me encanta la premisa que plantea Riesgo Suicida, que viene a ser algo así como «¿que puede hacer un poli con una simple pipa contra dioses y monstruos?» (pues más o menos adaptarse a las circunstancias). Ciertamente a este tomo hay que concederle el mérito de un arranque bastante prometedor ambientado en un mundo en el que empiezan a abundar los tipos superpoderosos. Y es que para tener poderes cojonudos no hacen falta putas casualidades como que te pique una araña radiactiva o que te caiga encima una bomba gamma, pues aquí si tienes pasta puedes acceder a ellos tranquilamente.
Así que imaginaos cuando cinco de estos cabronazos arman un caos del copón en las calles de la ciudad, dejando a su paso un reguero de muertos entre polis, civiles y daños colaterales. Nuestro protagonista sobrevivirá salvando el pellejo in extremis, pero no sin antes ver in situ cómo su compañero es salvajemente mutilado por uno de estos seres. Ni que decir tiene que leyendo todo este «sarao» no pude evitar que me viniera a la cabeza el cómic titulado The Boys, en el sentido de que se trata de una historia en la que los supertipos abundan cada vez más y es necesario que alguien pueda controlar sus excesos. De esta forma, nuestro protagonista tratará de marcar la diferencia y oponerse a ellos, aunque ni que decir tiene que en este tomo su guionista (Mike Carey) no impregnará la historia con ese toque de gamberrismo sádico e hijoputismo tan característico de Garth Ennis en la antes mencionada The Boys, sino que se trata de un enfoque mucho más serio.
Salta a la vista que todo lo comentado da pie a uno de esos argumentos en los que el hilo conductor es la venganza, concretamente la de nuestro protagonista contra esos cinco supertipos que han sembrado el caos y han puteado a su colega cosa mala. De esta forma, a lo largo de las páginas del tomo acompañaremos a nuestro héroe en esta particular vendetta, todo ello mientras se deja patente en todo momento un concepto negativo de la naturaleza humana, que nos viene a decir que el poder absoluto corrompe absolutamente (pues son muchos los que se han apuntado a esta moda de los superpoderes y empiezan como buenos tipos, pero al final la mayoría de ellos acabarán convirtiéndose en unos verdaderos cabronazos).
En definitiva, Riesgo Suicida es uno de esos cómics que agradará a todos aquellos que sean dados a las historias repletas de criminales crueles y sin escrúpulos que no se andan con chiquitas. Es una pena el hecho de que seguramente pasará desapercibido en las estanterías de las tiendas especializadas, y más en un mes como el de mayo en el que la gente ya tiene el presupuesto hecho para pillar las novedades que les interesan y nos les quedará apenas un céntimo para dar una oportunidad a algo que a priori prometa. Yo me alegro de haberle dado una oportunidad, porque me lo he pasado pipa leyéndolo, qué coño…