Sí bueno, para sabueso un colega mío, que cada vez que llegamos a un sitio empieza como a olisquear el ambiente a ver dónde están las chavalas y cuando las localiza se acopla el tío por esa zona con una gracejo natural del copón. Pero vamos, que esto más que ser un sabueso podríamos definirlo más bien como ser un huele-bragas de la ostia, pero como el chaval es feliz haciendo esto nosotros le dejamos explayarse (que no se diga que somos unos rancios).
Pero el sabueso del que vamos a hablar hoy no es este coleguita sino de cierta novedad comiquera que ha sacado recientemente a la venta la muchachada de Aleta Ediciones. He de confesar que es un cómic del que yo personalmente no tenía ni zorra de su existencia hasta que lo vi allí en la tienda, lo eché un vistazo por encima (como el que hojea un catálogo de Victoria’a Secret), me dio buenas vibraciones y me lo pillé. Además que en su contraportada venía avalado por las buenísimas críticas del gran Warren Ellis y de Kurt Busiek, y al contrario que a los políticos, lo que dicen estos dos para mí va a misa…
Sobre su argumento diremos que nos pone en el pellejo del antiguo policía Travis Clevenger, el rastreador de súper humanos más eficiente del país, hasta que fue sentenciado a veinte años en una prisión de máxima seguridad por matar a su compañero. Al ofrecerle una reducción de sentencia a cambio de ayudar al FBI en la captura de un asesino en serie súper poderoso, Clevenger acepta cuando descubre que la siguiente víctima del asesino es la hija de su compañero muerto. ¿Será capaz de redimirse este héroe caído en desgracia?. ¿Y será capaz el FBI de controlarle una vez lo hayan liberado?.
Todo este argumento da pie a una historia en la que predomina el toque detectivesco, en la cual nuestro protagonista (acompañado por una mujer del FBI que lo mantiene a raya), se verán metidos en una sucesión de casos extraños protagonizados por personas con habilidades especiales que las usan con intenciones un tanto aviesas. Seguramente muchos estaréis pensando ahora que esto va a ser una especie de Fringe o de Expediente X, en el sentido de que esta dupla protagonista han de ir hilvanando una serie de pistas por medio de sus pesquisas detectivescas para destapar una serie de casos raros de cojones. Pero eso sí, seguro que los protagonistas de esas mencionadas series no tienen la capacidad de deshacer entuertos a base de ostias como Travis Clevenger, quien también cuenta con cierta habilidad especial cuando llega el momento de liarse la manta a la cabeza como un campeón.
Y es que, sin duda alguna, será este personaje protagonista quien resulte el elemento más atrayente del tomo. Es uno de esos tipos duros con malas pulgas (un anti-héroe si lo preferís, vaya), que deja claro desde los compases iniciales que para chulo sus cojones, y a medida que uno va avanzando en la lectura y se van conociendo ciertos detalles sobre su vida te va cayendo cada vez mejor el jodío. Incluso a través de pequeños flashbacks, magníficamente intercalados en el hilo argumental, iremos conociendo una serie de detalles inquietantes sobre este personaje, como cierto pasaje traumático de la infancia o cierto altercado con su compañero que le llevó a la cárcel, y que contribuyen a humanizar la figura de una mala bestia como Travis.
En definitiva, Sabueso: Psicología de puños de acero es uno de esos tomos cuyas 232 páginas se leen del tirón y que seguramente para muchos pasará desapercibido en el estante de novedades de la tienda, pero que sin duda alguna es una lectura de lo más recomendable. Un cómic con un argumento atrayente, con un protagonista de aires chulescos pero molón y que te deja con ganas de leer más casos extraños y rodeados de ese halo de misterio que ponen a prueba las dotes detectivescas de los personajes principales. A mí me ha gustado, qué coño…