El viernes pasado por la tarde tocó hacer la ya clásica visitaza mensual a mi tienda de cómics preferida para hacerme con las ricas novedades de noviembre que me interesan. Mirando entre los estantes de allí me llevé una muy grata sorpresa al ver la segunda parte de un gran cómic que leí hace ya varios años y del que ya no pensaba que cataría en la puta vida su continuación. Su título es Samurai: Cielo y Tierra, y tal y como he comentado antes, me hice con el primer tomo hace un par de años y tengo que reconocer que me gustó bastante el jodío.
Así que cuando el otro día me topé con el segundo tomazo, que continúa esta historia, entre los estantes de saldillos de la tienda me dieron unas ganas locas de cogerlo y restregármelo por los pechotes, pues ni que decir tiene que no dudé en hacerme con él. Así que del gran alegrón que me he llevado me han dado ganas de dedicarlo una reseñita, por si hay alguien aún que no tenga ni zorri sobre la existencia de este cómic. Por tanto, si algún día te topas con él en tu tienda, no dejes de echarlo un vistazo porque merece la pena. Y para que no digáis que soy un rancio voy a explicar el porqué…
Entrando ya a comentar el cómic en cuestión, tengo que decir que este tomo haría las delicias de mi colega Emilín, por su temática oriental y su trasfondo de dramonaco (y es que este muchacho es fan de lo «japo» hasta unas cotas que yo no sé cómo no le salen ya las personas de ojos rasgados hasta por el ojete). Y es que en Samurai: Cielo y Tierra se aborda la premisa de: “¿Hasta dónde llegaría un hombre por amor?. ¿Cruzaría cielo y tierra para rescatar a la mujer que ama?”.
A este respecto hay que decir que se trata de una buena mezcla de aventuras y romanticismo con un argumento de película palomitera, en el que veremos cómo un samurai (Shiro) se embarcará en la cruzada de atravesar medio mundo en busca de su amada Yoshiko, que ha sido raptada. Su periplo le llevará mucho más lejos de lo que jamás hubiera imaginado: de su Japón natal al imperio chino en expansión, y de allí, a través de Europa, hasta la mismísima París. En los legendarios salones del Versalles de Luis XIV deberá cruzar espadas con tres de los mejores espadachines jamás conocidos (no hace falta ser detective ni ir por la vida creyéndose el puto Sherlock Holmes para saber de qué trío se trata)…
Ciertamente resulta curiosa la idea de enfrentar a un samurai contra los famosos mosqueteros, en un combate narrado de una forma que es una auténtica delicia visual. Si a ello le unimos unos dibujos espectaculares de LukeRoss y el trabajo con el color de Keith Jones, hacen de Samurai: Cielo y Tierra un espectáculo para los sentidos. Así que esta misma tarde después de comer me sentaré tranquilamente a leer la recién adquirida segunda parte de esta historia de cómo un hombre es capaz de recorrer el mundo en solitario y enfrentarse a quien sea por amor (¡ainsss, qué bonito!). Pues eso, que si alguna vez te topas con él de puta casualidad entre los saldillos de tu tienda no dejes pasar la oportunidad de llevarte un muy buen cómic…