El asesinato de Kennedy es un cúmulo de teorías conspirativas: la implicación de la mafia, el segundo pistolero, el encubrimiento del gobierno…, pero la más importante podría ser la teoría de que el cadáver que hay en la tumba de Oswald no es en realidad el de Lee Harvey. Teorizado por primera vez a finales de los años 60, hay muchas personas que creen que en realidad había dos Lee Harvey Oswald: uno, el Oswald real que pasó por el ejército y fue entrenado por la CIA para el trabajo de operaciones encubiertas…y el otro, un doppelganger quien solo existió para ser el chivo expiatorio del verdadero Oswald.
El escritor Christopher Cantwell abre el primer número con una escena intrigante que se centra en la exhumación de Lee Harvey Oswald (que es algo que realmente sucedió en octubre de 1981), pero inmediatamente cambia de marcha para enfocar el resto del libro en un hombre llamado Frank mientras reúne a su propio equipo de ensueño de «idiotas útiles».
El sarcástico Frank rastrea metódicamente a cuatro inadaptados que tienen habilidades diferentes y complementarias. Aquí podemos ver como todos los personajes tienen su propia escena de presentación con una historia de fondo. En esta descripción de cada miembro de este equipo heterogéneo destaca tanto sus habilidades únicas como sus propios demonios internos. Conforme avanzamos, la base se siente sólida y lista para seguir adelante y contar el resto de la historia.
Cada línea de diálogo está perfectamente diseñada para el personaje y su momento, y Cantwell proporciona interesantes transiciones que agregan siempre algo significativo al ritmo de la historia y lo que esta misión en particular refleja sobre la obsesión colectiva de Estados Unidos.
Uno de los personajes más interesantes es también uno de los más misteriosos: Frank, como dice ser llamado; es el que hace el trabajo preliminar para armar el equipo. Sabe las respuestas antes de que se hagan las preguntas y se mueve con precisión. Es el tipo de personaje que une todo y te deja con ganas de más información. Christopher Cantwell hace un excelente trabajo al presentarnos un elenco de personajes que son realistas.
El dibujo de Luca Casalanguida es eficiente y está muy bien ejecutado. La capacidad de Casalanguida para transmitir sutiles expresiones faciales es muy consistente, por lo que no sorprende que la mayoría de las viñetas presenten un encuadre medio o de primer plano, lo que ayuda a establecer una imagen realista ante nuestras retinas.
Los colores de Giada Marchisio tienden a ser terrosos y algo desaturados, pero destaca en que cada uno de los personajes se presenta en su propio color característico.
En definitiva: Sobre el asunto del cadáver de Oswald es una pequeña historia de suspense muy entretenida que será de especial interés para los amantes de las conspiraciones. Los esfuerzos conjuntos de Cantwell y Casalanguida han culminado en una recomendable pieza de época y ficción histórica que utiliza una de las principales fuentes de conspiración para volverse poético sobre las pequeñas y grandes acciones que tomamos.
Por Francisco José Arcos Serrano