La verdad es que observando así en frío la portada del cómic que reseñamos hoy, lo único que muchos verán será a la Gata Negra fingiendo un tirón muscular a lo Busquets y luciendo un escote que si se echa una teta al hombro se parece el butanero de mi barriada, no me jodas. Pero más allá de esta más que curiosa portada se esconde un cómic que tuve el placer de degustar nuevamente hace unos pocos días, el cual me gustaría recomendar a todo aquel alma de cántaro que aún no lo haya catado a estas alturas…
A modo de culturilla general (por si os los preguntan al Trivial) os diré que la primera aparación de este título en nuestro país fue en formato grapa, cuando Forum tenía aún los derechos de Marvel para su publicación en estos lares. Se llegaron a publicar los tres primeros números y la serie quedó ahí colgada dejándonos a todos los lectores a dos velas. Poco tiempo después esos derechos pasaron a Panini , quienes renegaron de ese formato en el que comenzó Forum y recopilaron los seis capítulos primeramente en un tomo de la línea 100% Marvel y posteriormente en este tomo Marvel Deluxe, al cual dedicamos la reseña.
«¿Y porqué hubo ese parón de esta serie que provocó que se quedara ahí colgada durante un tiempo?», os preguntaréis muchos. Pues a este respecto diremos que siendo su guionista el gran Kevin Smith, suele pasar que cuando se contratan los servicios de alguien más comprometido con otros medios que le generan más dinero que el cómic, a veces el resultado final se demora. Si ya vimos en su día que otro guionista como Lindelof tardó casi tres años en acabar la puta miniserie aquella de Ultimate Hulk vs. Lobezno, aquí el bueno de Kevin Smith tardó ni se sabe cuanto en terminar esta famosa historia de la Gata Negra.
Para el que no tenga ni zorra de su argumento diremos que la historia se centra en Felicia Hardy, quien vuelve a Nueva York para investigar la desaparición de su amiga Tricia Lane. De esta forma, la Gata Negra se reencontrará con su antiguo novio el trepamuros, quien la ayudará a llegar al fondo del asunto, y poco a poco irán descubriendo la implicación de Garrison Klum (también conocido como Brownstone) en una red de distribución de drogas un tanto atípica.
Llegados a este punto he de reconocer que se trata de una lectura que otorga cierta profundidad al personaje de la Gata Negra, dentro de una historia en la que se deja a un lado su papel de “florero” en las aventuras del trepamuros y protagoniza un argumento bastante divertido y sorprendente (aunque seguirá manteniendo sus sempiternas señas de identidad de mujer fatal, seductora y espectacular). Sin embargo, a modo de curiosidad sobre este cómic os diré que personalmente creo que aunque los tres primeros números barruntaban una serie fresca y divertida, a raíz de ese parón comentado antes, el resto de la historia se vuelve mucho más serio y menos desenfadado, dejándole a uno la sensación de que Kevin Smith se limitó a cumplir el expediente y dar a los fans, de cualquier manera, el ansiado final que estaban reclamando para que dejaran de tocarle los cojones.
Mención especial para el dibujazo de Terry Dodson, cuyo estilo siempre me ha parecido fresco y espectacular, y que viene que ni pintado para un cómic de estas características en el que la protagonista es una jacaza de pura cepa de curvas generosas, exuberante y sexy hasta la médula (una tía buena como dios manda, vaya).
En definitiva, Spiderman y la Gata Negra: El mal que hacen los hombres no es ni mucho menos panacea del mundo de los cómics, pero si queréis leer un argumento que nos muestra una inquietante faceta de la Gata Negra, os la recomendamos desde este humilde blog (a pesar de la forma tan canallesca que tuvo Kevin Smith de despachar una historia que prometía tanto en su primera mitad). En fin, que no somos «ná»…