Hoy es el día de la semana en el que en este blog mierdero solemos poner nuestras reseñas de lunes molones y os contamos qué peli rara hemos visto en nuestra reunión friki de ese día de la semana. Pero debido a las Navidades no hemos podido celebrar ese ya mítico evento friki de los lunes. Así que para que no echéis de menos vuestra ración de películas chungas con la que solemos empezar la semana os voy a reseñar esta paranoia que me tragué el otro día cual gordaco que se traga un huevo duro de un solo «bocao».
Para el que no tenga ni zorra de inglés diremos que Stag Night significa despedida de soltero. No, no tiene nada que ver con aquel mítico film de Tom Hanks, que cada vez que lo veo sigo partiéndome el ojete cosa mala. Se trata de un film de terror del año 2008 que tenía pendiente por visionar desde hace mucho tiempo y el otro día decidí jugármela cual Maruja que se juega los cuartos en el bingo de su barrio. Y la verdad es que me esperaba una peli de esas que tras acabar de verla te acuerdas de los muertos de alguien, pero he de decir que no está tan mal como me esperaba…
El film nos pone en el pellejo de cuatro gilipollas (que alguno de ellos tiene una hostia bien dada) quienes están celebrando la despedida de soltero de uno de los protagonistas. El caso es que tienen una pelea y les echan del antro en el que estaban, por lo que deciden irse a otro local y se montan en el metro a las tantazas de la madrugada. Cuando van el el vagón, debido a cierto altercado gilipollesco, tendrán que bajarse en medio del túnel y a partir de ahí empezarán a pasarlas putísimas debido a algo muy chungo que se esconde en la oscuridad del metro…
La verdad es que en sus instantes iniciales el film me recordó un poco a aquel otro titulado Creep, protagonizado por Franka Potente y cuyo argumento es bastante parecido a este. El caso es que en el film que nos ocupa será un grupete de chavales los que vivirán una situación la mar de cruda y donde pronto saldrán a relucir las personalidades de cada uno. De esta forma tendremos al chulito que va de tío duro, al buenecito de turno o al ligón que en una situación así no se le ocurre otra cosa que tratar de calzarse a una pava que acaba de conocer…
Lo que sí me resultó curioso es el pelaje de los «malos de la peli», que son algo así como unos tíos tiñosos y con unos pelazos y un pelaje que parecen sacados de la carátula de los paquetes de los cereales Trogloditos de Pascual. Pero al menos estos kinkis cumplen en su función de otorgar cierto grado de tensión al film, e incluso protagonizan momentos angustiosos que recuerdan un poco a la película Km 666 (como por ejemplo cuando los protas se esconden en la guarida de los «taraos» y presenciarán in situ las atrocidades que cometen con los cuerpos inertes de alguno de sus colegas).
En definitiva, Stag Night me ha resultado un pasable slaher que al menos entretiene y dura lo justito para no acabar hasta los cojones de ella. Si hay un dicho que viene a contarnos algo así como que «No caigas en Nueva York porque nadie va a recogerte», de este film podría extraerse otro muy parecido: «No desaparezcas en Nueva York, porque nadie va a buscarte». Pues ea, que si coges asiduamente el metro a horas intempestivas no veas esta película…