La primera vez que le nombré el título de este cómic a un vecino al que siempre trato de usted estaba ahí con su queridísima esposa y en lugar de «qué tal Supurbia» me entendió “qué tal su furcia” y casi me suelta un ostión. Así que tras aclarar todo ese gran malentendido le expliqué un poco acojonado que se trataba de una muy inquietante novedad comiquera que acaba de sacar a la venta la muchachada de Norma Editorial, la cual me dio buenas vibraciones desde el primer momento en que la vi.
Y es que tras el buenísimo sabor de boca que me dejó hace poco Deathmatch tenía ganas de echarme en cara algún otro título de Boom! Studios, por lo que la reciente publicación de Supurbia por estos lares ha supuesto la ocasión perfecta para ello. Así que no os dejéis engañar por esa portada de una rubia tetona con unas tijeras de podar y con cara de que va a cortarle los huevos a alguien, porque detrás de todo esto se esconde un más que entretenido cómic de temática superheroica, que se sale un poco de lo que es la tónica habitual de ese género, pero hay que concederle el mérito de que lo hace de una forma muy amena…
Para todo aquel que no tenga ni zorra sobre su argumento diremos que nos narra las andanzas de lo conocido como la Metalegión, un poderoso grupo de superhéroes, que no sólo es una unión para hacer frente a peligros sino que también es una comunidad donde las familias de sus miembros pueden vivir protegidos del resto del mundo. Pero, como en todos los vecindarios y todas las familias, también hay problemas, y cuando hay superpoderes de por medio, pueden ser letales.
No sé si alguno de vosotros recuerda un cómic publicado hace mucho tiempo titulado Noble Causes, que nos traía una historia repleta de ritmo y subtramas, las cuales nos ofrecían una visión del mundo de los superhéroes llena de intrigas con toques de culebrón. Pues bien, Supurbia me ha recordado bastante a ese título antes mencionado, pues aquí su guionista (Grace Randolph) explora las vidas mundanas de los maridos y mujeres de los superhéroes, en una historia bien escrita y con un ritmo que te engancha desde el principio.
Y es que imaginaos el juego que puede dar un argumento que transcurre casi en su totalidad en una comunidad en la que viven las familias de un famoso grupo de superhéroes, protegidas del resto del mundo. Pero, como en todo vecindario, también hay problemas (y más cuando hay superpoderes de por medio). Así que no os esperéis un cómic de superhéroes al uso, pues aquí las misiones en las que participan los miembros de Metalegión quedan en un segundo plano. Lo importante son las relaciones entre las familias de esta curiosa comunidad de vecinos y los distintos problemas que tienen cada una de ellas, que demuestran que ser superhéroe es algo difícil no sólo por tener que encarar un montón de amenazas chungas, sino también porque tras llegar a casa tras un duro día de «trabajo»puedes encontrarte otro tipo de problemones (digamos más familiares) de puertas para adentro.
«¿Y qué tipo de problemas son esos?», os preguntaréis los más cotillos. Pues, por ejemplo, el matrimonio de uno de los protagonistas peligrando por una relación gay que mantiene a escondidas con un compañero de grupo; o un héroe ultrapoderoso que guarda un idilio secreto con una supervillana buscada por 86 asesinatos; o una superheroína que no quiere a su hijo menor y otra a la que le gustaría volver a la acción pero que a su marido no le hace ni puta gracia. Y por si esto fuera poco, además hay que decir también en su favor que poco a poco uno se va familiarizando con los personajes de la trama durante los compases iniciales del cómic (con una breve presentación que se nos va haciendo de cada uno de ellos) y a medida que avanzamos en la lectura iremos siendo partícipes de todos los problemones que tienen las distintas familias de esta peculiar comunidad.
En definitiva, Supurbia me ha resultado un muy entretenido cómic repleto de buen ritmo, intrigas, traiciones y dramas personales, cuya lectura engancha cosa mala. Además de vez en cuando resulta grato leer algo de temática superheroica que se salga un poco de la tónica habitual de este género, y si además tiene un montón de tramas abiertas que te dejan con ganas de más, pues mejor que mejor. Vamos, que si tienes un poco de «vena marujil» y quieres cotillear un poco en los trapos sucios de los superhéroes de puertas para adentro te vas a regodear en tu crapulencia leyendo esto.
Oye, pues tiene muy buena pinta… si es que dentro de mi alma friki tengo una pizca de maruja
Antes de leerlo aconsejo cogerse uno rulos, ponerse una bata y una mascarilla de esas de pepino que son buenas para el cutis.