Los más viejos del lugar seguro que recuerdan escenas de pura estrategia como: Uno, llegamos al puente sin ruido ninguno. Dos, los centinelas estrangulados. Tres, para el coche a la entrada de través. Cuatro, Wladislaw y el Mayor entran con mucho teatro…, así hasta el Dieciséis, salid todos corriendo o si no volaréis. Y es que aunque pasen los años, no he podido olvidar a los “12 del patíbulo” con Lee Marvin. Aliados contra Nazis, es tan clásico como el ratón y el gato.
La nueva arma del Reich (SS Doomtrooper)
Por mis venas aparte de horchata de chufa corre el frikismo puro y duro, el cual me aboca a jugármela con películas de este jaez. Sé que con este tipo de cine me expongo a un colapso neuronal y a quitarme años de vida a sangre fría, pero he de reconocer que el título al cual dedico la reseña me atrajo por mi confesa devoción por el cine bélico. Así que en cuanto me enteré de que este film era una especie de mezcla entre cine de la 2ª guerra mundial y de ciencia ficción no pude menos que abordarlo cual 20 añero en celo que asalta a una jovenzuela descarriada movido por la emoción del saturday night fever.
Y es que ciertamente hay que reconocer que esta película es una especie de mezcolanza entre Doce del patíbulo y el videojuego de Retorno al castillo Wolfenstein. Además está protagonizado por el bueno de Corin Nemec, y como yo en mis tiempos mozos era gran fan de la serie Parker Lewis me llamó la atención. Por cierto, el film cuenta con un guiño a esa mencionada serie ya que hay un soldado que se llama así: Parker Lewis.