Un clásico de los años mozos de los muchachos de Vas Tú Listo era el llegar a casa después de un duro día de instituto, despanzurrarse en el sofá cual perrazo a la sombra de un chopo, cogerse la merendola y ponerse a ver Salvados por la campana. Era una de esas series míticas de antaño (de los años 90 concretamente) en la que vivíamos engañados con un concepto idílico de los institutos americanos con jovenzuelos sanos, castizos, y que estaban todo el día de charanga y pandereta pasándoselo de puta madre allí metidazos (mientras que nosotros en el nuestro estábamos hasta el ojete de echar allí el día entre tanta clase soporífera). Sin embargo, hoy por hoy pensamos que a esta serie le faltó el capítulo en el que Zack Morris y sus compinches sacaran una escopeta recortada y se liaran a tiros con sus compis. Cuando van a coser a balazos al último de ellos, suena la campana y se piran a casa. Esto sí que sería más apropiado para una serie sobre institutos americanos que se titulara Salvados por la campana.