Me imagino que a muchos de vosotros os pasaría igual que mí cuando oísteis por primera vez el título de este film y os dio por pensar que esto trataría sobre el gran Bill Gates vendiéndonos un Windows en relieve. Cuando me enteré de que se trataba de un film hecho en nuestro bonito país protagonizado por jovenzuelos no pude menos que vaticinar dos cosas: que esto sería un desfile de niños guapitos sacados de las series gilipollescas que inundan la parrilla televisiva y que tendría hechuras de pufo muy serio. Llamadlo afán detectivesco o que me la jugué en plan bruja Lola, pero en ninguna de las dos cosas me equivoqué.
Y es que no hace falta ser el puto Perry Mason para darse cuenta de que en un género en el que casi todo está inventado nos pueda sorprender a estas alturas un «slasher made in Spain». Pero vamos, que yo me armé de valor, me la jugué y ni que decir tiene que salí más «escaldao» un orco al que le tiran un puchero de Starlux hirviendo mientras trata de asaltar el castillo.