Soportando como machotes el pegajoso calor que hace (soy de los pobres que no tienen aire acondicionado), el Sr Grifter y yo volvimos a quedar como todos los lunes para deletiranos con un buen bocata de lomo, una aceitunicas y litros y litros de coca-cola con el noble propósito de echarnos unos Fifetas y vernos otra peli chunga de serie B que seguramente nos pasaría factura en nuestro limitado número de neuronas. No sé que le pasa al bueno del Sr Grifter que últimamente siempre propone películas de estas grabadas cámara en mano, que aunque algunas se salvan de la quema, muchas otras merecen ser escondidas en un agujero profundo de un desierto (como pasó con los cartucho del juego de ET).
Pues sí chavalotes, otra vez que nos hemos tragado una desquiciante película donde los movimientos de cámara parecen hechos por un enfermo de Parkinson o por un pajillero compulsivo. Suponemos que este formato de cine favorece que peña con poco presupuesto se envalentone a hacer un película, pero no siempre el resultado puede llegar al nivel que alcanzó la precursora The Blair Witch Project. La película que con dos pelotas se trajo el Sr Grifter, cual bombero torero, fue Area 407.