Vamos a ver un momentín: Waylander, Honor Harrington, Conan, El Inquisidor Eisenhorn, John Carter de Marte, Hyperion, Drizzt do’urden, Los fantasmas de Gaunt, El Quijote… Eso son 9 libros. Para el décimo de la serie he dejado el que fue principio de todo. Porque como diría George Lucas, «toda historia tiene un principio» y entonces fue cuando nos enchufó al bodrio ese de Jar Jar Binks. ¡¡¡Menudo parásito espacial!!!.
Nos pasamos la infancia con profesores que nos enchufan unos libros para leer que no son nada aconsejables para iniciar en el sano vicio de la lectura. Sí, sí, lo que digan…, que son lo mejor de la literatura. Pues desde aquí, les voy a dar un buen tirón de orejas a todos por ser el elemento que acaba con las ganas de leer de miles de estudiantes. He conocido a muchos chupatintas con carreras de letras que piensan que tienen el poder en sus manos y sujetan la pluma como si fuera la espada de la verdad literaria. Fue una gran suerte encontrar a uno de los grandes en mi camino, un visionario entre tanto borrego. Antonio Fraile, aquel que encontró a un niño que no podía pasar un párrafo sin pensar cuántas páginas le quedaban para terminar y lo transformó en un devorador de libros.