Cada reunión de lunes frikis que hacemos nuestro redactor Kiko y un servidor para dar rienda suelta al puto vicio desenfrenado al Fifa y vernos alguna peli chunga mientras cenamos, me hace pensar cada vez más en el hecho de que en una vida anterior fuimos unos putos cabrones más malos que el Falconetti. Y es que no es normal que elijamos siempre las más tremendas putas mierdas que ha dado el mundo del cine esperando ver algo que nos entretenga y en cambio nos quedamos siempre cara de gilipollas y con la sensación de que lo que acabamos de visionar nos ha quitado años de vida…
Pues bien, esta rara sensación elevada a la máxima potencia es la que nos ha dejado Cabin Fever 2, una puta paranoia que si te pilla con la guardia baja te puede dejar catatónico. Menos mal que nosotros ya tenemos tablas en aguantar pelis mierderas, pero aún así este film hizo estragos en nuestras neuronas hasta el punto de que yo salí de casa de este tío haciendo «eses» y casi tenía que ir apoyándome por las paredes para no irme a tomar por culo al suelo de un vahído…