Durante este Lunes Molón saqué una fulgurante conclusión: no vuelvo a jugar más al puto FIFA 12. Ya sabéis que antes de vernos la peli que toca durante estas reuniones nos echamos unos vicietes el Sr Grifter y yo a algunos juegos en modo coopertaivo. Como ambos estábamos de puente decidimos alargar la velada y estuvimos desde antes de la hora de comer con frikezas varias. Al darnos cuenta de que «el juego de la botella» estaba siendo aburrido por ser los dos únicos participantes nos echamos unas hordas al Gears 3, al Hunted The Demon’s Forge y al FIFA 12. Pero a este último sólo jugamos un partido… que espero que sea el último. Perder 14-0 (no sé si fueron más porque los últimos minutos yo estaba dando ostias a una pared) contra algún friki de Internet fue bastante para mi. El puto juego saca lo que peor de mi ser y hace que me transforme en algo muy chungo.
Menos mal que al poco tiempo de este mal trago cambiamos de tercio y nos pusimos a ver la peli que había elegido mi compi de agonías: ATM, dirigida por el debutante en cine David Brooks. Según el Sr Grifter mucha gente hablaba bien de la peli y el hecho de ver a unos chavales pasándolas canutas atrapados en un cajero automático le parecía bastante atractivo. Además el guión fue escrito por Chris Sparling, el mismo guionista de la magnífica Buried, que nos gustó mucho en su día.