Como ya sabéis, en Vas Tú Listo somos grandes admiradores de los superhéroes y de las superheroinas (de estas últimas sobre todo por el hecho de que van ataviadas con trajes «mu apretaos»). Y es que resulta bonito ver cómo estos tipos superpoderosos se preocupan por la gente de a pie y están siempre dispuestos a encarar cualquier amenaza por peligrosa que sea. Ciertamente todo esto es muy idílico, muy entrañable y todo lo que queráis, pero si uno lo piensa fríamente tiene su trampa. Me refiero al hecho de que si eres un tío de casi 2 metros tipo armario «empotrao» con múculos hasta en la epiglotis y con unos poderes cojonudos del copón, tampoco tiene tanto mérito ir por ahí repartiendo hostias en plan abusón de colegio que quita el bocata a una mierda de criajo enano. Por eso hoy vamos a dedicar esta sección a esa gente normal que sin tener superpoderes (y hasta siendo unos tirillas), son capaces de hacer cosas con las que demuestran un par de cojones mayores que enfrentarse a Galactus (por citar un ejemplo de tío chungo).