Si la semana pasada dedicaba unas palabrejas a una novela gráfica que tiene ya casi más años que Jordi Hurtado (bueno no tantos, porque eso es imposible), hoy quiero hablar sobre otra que cuando salió a la venta muchos de vosotros aún estábais en los huevos de vuestro querido papaito. Y es que estaba yo hace unos pocos días pensando sobre futuros posts para el blog y caí en la cuenta de que a estas alturas aún no había dedicado unas palabras a este mítico clasicote publicado por Forum en formato novela gráfica hace un porrón de tiempo.
Tengo que decir que en una de mis visitas a mi tienda de cómics preferida me encontré hace un huevo de años un ejemplar de esa antigua edición en perfecto estado, el cual guardo en mis estanterías junto a otros grandes clasicotes de esos que por el mero hecho de sostenerlos entre tus manos te dejan más inquieto que una lesbiana ciega en una pescadería. Y es que si te consideras fan del noveno arte y no has tenido el placer de catar este cómic te mereces que te achuchen a un mandingazo de esos de los de la cabaña del tío Tom y que te persiga con cara de «degenerao» por toda tu barriada.