Todos los que nos siguen de forma habitual, además de saber que estamos un poco gilipollas son conocedores del hecho de que en este este blog somos grandes fans de las ostiazas y de los deslomamientos supinos (os remitimos a nuestra sección de Bastardadas Varias). El caso es que hoy queremos dedicar un post no a la ostia en sí, sino a los momentos previos, a esas décimas de segundos en las que eres conciente de que te vas a pegar un ostión bien dado y que no te salva ni Dios en deslomarte a lo bestia contra el duro suelo (ya sea con los piños o con el ojete). Aquí os dejamos unas cuantas muestras de ello…