The Magdalena

Ciertamente el título al que dedico hoy esta reseña tiene todo lo que un friki puede desear: un personaje de cómic con nombre de bollo y que además es una tía buena. Aunque no hayáis leído este tomo, puede que a alguno de vosotros os suene este personaje por haberlo visto en las páginas de los primeros números de la colección de The Darkness, dándose de hostias contra el bueno de Jackie Estacado, el cual la enseña que a veces es mejor no tocar las narices a tipos chungos. Pues bien, la Magdalena que aparecía en esos números (que respondía al nombre de Mariella) es la hija de la protagonista del tomo al que dedico la reseña de hoy.

Y es que Magdalenas ha habido muchas, pues ese es justamente el nombre con el que se conocerá a las descendientes de la mítica María Magadalena, cuya selecta línea sucesoria es capaz de generar mujeres con grandes poderes al servicio de la Iglesia. Por tanto, no hay una única y exclusiva Magdalena, sino que ha habido varias, aunque sólo puede existir una en cada generación. Pero eso sí, para magdalenas las que trae mi madre para el desayuno.

¡Feliz día del Orgullo Friki!

Lo que empezó como una paranoia el día 25 de mayo del año 2006 parece que ha calado hondo en el corazoncito de todos los frikis del mundo. Y es que seguramente nadie daba un duro ante esta iniciativa popular que surgió hace ya 5 añazos consistente en reivindicar el derecho a ser friki por parte de cualquier persona que lo desee y enorgullecerse de practicar ciertas actividades un tanto «despreciadas» por la sociedad. Y es que si hay Día del Orgullo Gay, Día del Padre, Día de la Madre, Día de la Mujer Trabajadora, étc…, ¿porqué no íbamos a tener los frikis nuestro día?. Ciertamente en una fecha como la de hoy, actividades tales como leer cómics, jugar al rol, al Magic o a videojuegos, deben ser exaltadas por parte de todos a los que nos gusta practicarlas. Pero sobre todo en un día como hoy es el momento propicio de hacer saber al mundo que cada vez somos más los que nos enorgullecemos de tener hobbies como estos, que nos ilusionan y nos hacen pasar tan buenos ratos. Así que si te consideras del gremio, ponte tu camiseta más friki y sal a la calle a cantarlo a los 4 vientos, porque si hay algo claro en esta vida es que algún día los frikis dominaremos el mundo.

Darkchylde

Como bien sabéis los seguidores más viejunos del blog, últimamente mis reseñas comiqueras giran en torno a material de mi comicteca publicado unos añitos atrás. Mi última relectura ha sido esta miniserie de 10 números titulada Darkchylde, que fue publicada por estos lares a principios de la década pasada (allá por el año 2002, si no recuerdo mal). Por lo que he podido documentarme sobre ella a la hora de escribir esta reseña, al parecer tuvo bastante exitazo en tierras yanquis hacia finales de los noventa, desbancando incluso hasta a colecciones históricas de las grandes editoriales durante unos pocos meses (debido sobre todo a su gran acogida por el público femenimo).

No sé si recordáis que hace unos meses dediqué un post a la noticia de que se estaba preparando una adaptación peliculera sobre este cómic de la mano del bueno de John Carpenter, lo cual me congratula que títulos menos conocidos del noveno arte lleguen de esta forma a un público más amplio y se contribuya así a dar a conocer la amplia amalgama de géneros para todos los gustos que encierra este mundillo.

Cage

Cualquier ratejo que tengo en días libres aprovecho para leer cosillas de mi comicteca, y como hoy era uno de esos días pues me ha dado por releer este cómic publicado hace unos añitos bajo el sello MAX (que como sabéis es una línea editorial de Marvel destinada a un público más adulto). Ciertamente he de reconocer que Luke Cage nunca ha sido un personaje de mi devoción, pero he de decir que esta miniserie de 5 números (publicada en nuestro país en 2 tomitos) me ha dejado un mejor concepto de este personaje.

Y es que cuando nos mencionan al bueno de Cage, a casi todos se nos viene a la mente aquel figurín de estrafalario pelaje ataviado con aquella camisa chunga de color amarillo chillón, el pelo a lo afro y el cinturón de cadena (ciertamente un personaje muy a tono al look de los años 70, pues al fin y al cabo esa fue la época en la que se creó). No en vano en aquella década surgió un auge del género conocido como blaxploitation, en el que Hollywood comenzaba a dar a este sector el protagonismo negado durante tantos años y empezaba a representarse la vida en el Guetto.

Hell eternal

No sé si alguno de vosotros se acuerda de cuando Recerca editorial empezó a publicar en nuestro país cómics de la línea «Vértigo» (que como sabéis se trata de un sello perteneciente a DC comics destinado a un público más adulto, por el hecho de tratar temáticas más controvertidas o por su contenido de violencia explícita). El caso es que gracias a aquella mencionada editorial pudimos tener el placer de degustar títulos menos conocidos pertenecientes a ese sello Vértigo, pero que realmente merecían mucho la pena echarles un vistazo.

Este tomo que nos ocupa fue publicado por estos lares allá por el 2004, y aproveché para releerlo hace poco porque uno ya no tiene las neuronas de antaño y ya apenas me acordaba de cuando lo leí en su día (a decir verdad ni siquiera me acuerdo de lo que he desayunado hoy). El caso es que con esta reseña me gustaría recomendarlo a todos los seguidores de las distintas series del sello Vértigo, porque en este cómic de Jamie Delano y Sean Phillips se marcan ambos una historia autoconclusiva de esas que te enganchan hasta que llegas a la última página.

Tracker

¿Recordáis la época en la que éramos más jovencitos e impresionables y a veces alquilábamos  una película por el simple hecho de tener una carátula molona?. ¿O quién de nosotros no se ha comprado alguna vez un videojuego en sus tiempos mozos dejándose llevar por la emoción de presenciar una imagen la mar de chula en la portada?. Pues bien, yo ayer me dejé llevar por ese grado de impresionabilidad y me hice con la compra de este tomo por el simple hecho de que me gustó su portada. Y es que ciertamente un menda con un alto porcentaje de parecido con Ash J. Williams siempre resulta inquietante si eres seguidor de Bruce Campbell.

Supongo que ahora mismo los fans de este pedazo de crack estaréis respirando en una bolsa por la emoción del momento, pero verdaderamente lamento deciros que este cómic que nos ocupa no tiene nada que ver ni con demonios, ni «necronomicones», ni escopetas recortadas, ni sierras eléctricas, ni nada del contexto en el que se movía ese personaje. Aquí los protagonistas son unos personajes algo más greñudos que los demonios a los que despachaba Ash con su gracejo natural, pues estamos hablando nada más y nada menos que de hombres lobo (¡uyuyuyui, qué miedo!).

Locke & Key: Bienvenidos a Lovecraft

Locke & KeyHace unas semanas, durante uno de esos sábados en los que acompaño al Sr Grifter por las tiendas de comics de Madrid, me quedé sorprendido al ver un comic cuyo guionista era Joe Hill. Para los que no lo sepan Joe Hill es el hijo de Stephen King (este no hace falta presentarlo, ¿no?), y como el padre, se ha metido de lleno en el mundo de escribir novelas de terror. Quizás se haya beneficiado de ser el hijo de quién es (aunque si no se investiga uno no lo sabe, ya que no comparte apellido), pero lo cierto es que su primera novela, El Traje del Muerto, ha sido un pelotazo y personalmente me gustó bastante cuando la leí. Tiene otra novela que publicó el año pasado y algún libro de relatos cortos que en cuanto pueda me haré con ellos.

Es por ello, que al ver que era el guionista del comic book Locke & Key: Bienvenidos a Lovecraft no dudé un solo instante en pillármelo, intuyendo que seguramente su argumento giraría alrededor del terror.

Fathom: La reina de hielo

Voy a continuar hoy en la línea de reseñas anteriores de dedicar unas palabras a otra relectura que tuve el placer de echarme en cara durante las vacaciones de Semana Santa. El cómic que os traigo hoy salió como novedad del Salón del Cómic de Barcelona de hace ya unos añitos (no recuerdo si fue el del 2003 ó el del 2004). Sin duda alguna, el mayor atractivo de este tomo radica en el simple hecho de que está protagonizado por las tres tiazas más buenorras de la editorial Top Cow. Y es que el cómic viene a ser una especie de crossover entre Fathom-Witchblade-Tomb Raider, colecciones que cuentan con los suficientes elementos comunes como para que la interacción entre todas ellas no resulte forzada ni cogida con pinzas.

Me imagino que a todos os sonará el nombre de Sara Pezzini (la guapa portadora del Witchblade, unida a ese poderoso simbionte alienígena), o el de Aspen Matthews (la exuberante protagonista de Fathom). Y por supuesto, también tendréis el placer de conocer a Lara Croft (la mítica aventurera a la que se ha encuadrado en este universo de personajes de Top Cow).

La zona gris

Hoy me voy permitir el lujo de dedicar unas palabrejas a otra relectura de estos bonitos días vacacionales, concretamente a un tomo publicado por la editorial Planeta DeAgostini allá por junio del año 2005. El principal atractivo del cómic (y razón por la cual me hice con él en su día) es el hecho de que venía avalado como «el primer trabajo independiente de John Romita Jr.», y francamente cualquier obra en la que esté tal dibujante de por medio, para mí ya es motivo de compra fija y apuesta segura. Por cierto, sobre el guionista Glen Brunswick no me preguntéis, porque para un servidor es un completo desconocido y esto es lo primero que he leído de él.

Ciertamente cuando lo compré en su día no tenía la más remota idea de qué narices era esto de La zona gris, ni sobre lo que trataba. Pues bien, tras haberlo releído hace un rato puedo decir que este cómic bien podría definirse como una historia que viene a ser una mezcla de elementos de temática o tintes noir con un componente fantástico y sobrenatural bastante curioso y que enseguida os explico. Así que «agarraos los machos» porque entramos en la Zona Gris, chavales.

Lobezno: El fin

Continuo estos días de vacatas releyendo cosillas de mi comicteca que tenía ya olvidadas, y hoy le ha tocado el turno a este cómic protagonizado por Lobezno, que fue publicado por la editorial Panini allá por el mes de mayo del 2005. No sé si recordáis que hace unos años empezaron a proliferar proyectos de este tipo, dedicados a mostrarnos «la ultima historia» de ciertos personajes del universo Marvel.  Como consecuencia de ello surgieron títulos tales como Punisher: el fin (Ennis/Corben), Hulk: ¿fin o principio? (Peter David/Dale Keown), los 4F: el fin (Alan Davis), y esta miniserie de seis números que  nos ocupa en la reseña de hoy titulada Lobezno: el fin, de la mano del guionista Paul Jenkins.

Lo primero que hay que decir de ella es que se trata de una historia en la que se nos narra un futuro no oficial fuera de la continuidad del personaje (es decir, algo parecido a lo que pudimos ver en la historia de El viejo Logan, en el sentido de que este bien podría ser uno de los posibles futuros que le esperan al personaje). ¿Y qué nos vamos a encontrar en este cómic que podría ser la última aventura del mítico Logan?. Pues enseguida os lo comento, muchachada.