La Sección Cero no es ni mucho menos una sección secreta de las Naciones Unidas. Ni éstas subvencionan perpetuamente a un equipo de expertos y exploradores para investigar lo fantástico y lo desconocido. La idea de que este «equipo» estudia cosas misteriosas como ovnis, monstruos, civilizaciones perdidas, viajes en el tiempo, antiguos dioses y dinosaurios no extinguidos, solo es un mito urbano. Al fin y al cabo, nada de eso existe.
Solo un peregrino
Ciertamente la compra de este tomo, que ha salido este mes como una de las novedades de Norma editorial, ha sido un caprichazo de coleccionista que me he dado, pues el material que recopila ya lo tenía yo por ahí en mi comicteca cuando fue publicado hace ya unos añitos por Dolmen editorial en un par de tomos. Lo que pasa es que como soy muy friki, me hacía «ilu» tenerlo recopilado en esta lujosa edición en tapa dura, pues como he comentado en bastantes ocasiones, soy un ferviente admirador de casi todo lo que guioniza Garth Ennis.
Una vez más el tío más gamberro del mundo de los cómics vuelve a hacer uso de un argumento en el que la sátira religiosa es la principal protagonista (tal y como pudimos ver en su aclamada Preacher), y donde la violencia exagerada y su peculiar humor negro estarán también muy presentes. En esta ocasión nos meteremos en el pellejo de otro de sus antihéroes, encarnado esta vez por un peculiar peregrino que parece traer la desgracia y el mal fario a todo aquel que tiene la mala suerte de cruzarse en su camino.