Durante estos últimos meses hemos recibido muchas cartas de fans que nos preguntaban qué coño había pasado con nuestra reseñas de lunes molones (que como sabéis son las reuniones que hacíamos ese día de la semana los dos creadores de este blog en las que le dábamos al puto vicio al Fifa, nos poníamos de bollos hasta el ojete y veíamos alguna peli mierdera de la cual hacíamos luego una reseña para preveniros sobre ella o espolearos a su visionado).
El caso es que durante unos meses esas jornadas de lunes molones se cancelaron, ya que el anfitrión (el nunca bien ponderado Kiko) ha estado ovulando o algo así me dijo. Así que el otro día me llamó y me preguntó que si volvíamos a retomar estas jornadas frikis pero cambiando el día al martes. De esta forma es como han surgido los martes chupi-guays, con los que volvemos a retomar estas reuniones de puto vicio desenfrenado y películas guarrindangas). Y el encargado de elegir film para el martes pasado fue el bueno de Kiko, que cuando me comentó el título que me tenía preparado me dejó piruletísimo…