Ciertamente en Vas Tú Listo no es que seamos demasiado religiosos que digamos (pues no tenemos ya las rodillas de antaño como para ir arrodillándonos por ahí). El caso es que de vez en cuando nos gusta rezar a los dioses y darles las gracias por los tebeos, por los patitos recién nacidos y por los posters de «intimisssimi» de la parada del bus. Pero sobre todo oramos para que cada uno de los lunes molones que nos reunimos en casa de Kiko nos bendigan con alguna película lo suficientemente decente como para que no nos deje más tontos de lo que estamos. Algo malo habremos hecho en una vida anterior, porque la peli de ayer fue penitencia pura.
Y es que desde principio de la tarde cuando Kiko me dijo que para este lunes me tenía preparada una peli española y otra japo, ya me dejó un poco cartulina. Ciertamente que te den a elegir entre una u otra peli de esas nacionalidades es como que te digan si prefieres que te torturen arrancándote las uñas de los pies o que te extraigan los dientes de cuajo con unos alicates. Y como bien me suponía en mis elucubraciones previas, esto fue un pufazo muy serio.