Retomo hoy la sección de reseñas de cómics para dedicar unas palabrejas a una miniserie de cuatro números publicada por la editorial Top Cow allá por el año 2002 (muchos de vosotros aún no habíais nacido). Se trata de uno de esos títulos que pasan con más pena que gloria por los kioscos y tiendas especializadas y sólo caen en manos de los más frikis del lugar. De todas formas he de decir que en su día me la compré un poco jugándomela en plan torero, porque fijaos qué ganazas la tendría que desde que me hice con ella (hace ya 8 añazos) aún no la había leído. Así que cuando el otro día me encontré estos números por ahí perdidos entre mi comicteca decidí que ya era momento de degustarlos.
Pasando ya a comentar la miniserie en cuestión hay que decir que el protagonista es un tipejo llamado Ramdon, un ladrón de guante blanco, briboncete y pendenciero, mujeriego hasta la médula, pero que realmente es el mejor en lo que se refiere a la noble disciplina de robar en museos o en colecciones privadas (el tío es el number one).