¿Porqué hay que ver los Pitufos?

El otro día estábamos el otro ilustre creador de este blog (el nunca bien ponderado Kiko) y un servidor preparándonos unos Tang de naranja, cuando de pronto caímos en la cuenta de que a estas alturas aún no hemos visto la peli de Los Pitufos. Y es que desde que éramos unos jóvenes efebos de torsos hercúleos moldeados por el más caprichoso de los dioses, hemos sido grandes seguidores de la serie de dibujos. Eso por no hablar de la ya mítica frase de «¡Eres más malo que el Gargamel, cabrón!», que me decía Kiko cada vez que yo fallaba un gol «cantao» cuando jugábamos al fútbol-sala. Así que este bagaje pitufil creo que es más que suficiente para acudir a ver este film. Pero con este post de hoy me gustaría lanzar al populacho otro motivo más por el que hay que ver esta película.

Pufazos en el Fifa (III)

Hemos recibido muchas peticiones de fans preguntándonos qué coñe había pasado con una de las secciones más laureadas en la que demostrábamos que los muchachos de este blog como personas tenemos un pase, pero como jugadores del Fifa…, bufffff (pero oye, que como personas bien, ¿eh?). A lo largo de los lunes molones de estos meses de atrás hemos seguido potenciando nuestras cualidades fiferas, y sobre todo hemos dejado nuevas muestras de que jugando a este jueguecillo hay momentos en los que somos más malos que el Gargamel y el Falconetti juntos. Hoy os queremos mostrar otro de nuestros clamorosos pufos fiferos de esos en los que uno ya se pone a gritar como una zorra gimetosa un gol «cantao» y en el último momento saca a relucir su vena de tuercebotas y acaba mandando el balón a tomar por culo.